Cambio

Me encanta ver como la ciudad cambia; me gusta sentir que no son las mismas calles de siempre, saber que no importa cuantas veces camine por ellas no van a ser iguales indefinidamente; se construirán edificios cada vez más altos, se romperan las pistas para arreglar cañerías y desgues, para poner tuberías de gas, aunque nadie las haya pedido.

Me gusta que mi ciudad cambie, porque entonces no es monótona, porque si la ciudad puede cambiar sus estructuras de concreto, sus suelos, sus bases; entonces, también puedo hacerlo, aunque no lo note al principio, aunque no sea conciente de ello sé que estoy cambiando y eso me alegra, me renueva, me da fuerza para seguir caminando, para olvidar lo que tengo que olvidar y llegar al próximo cruce en cebra o a la bocacalle siguiente.

Si la cuidad puede levantar muros, también puedo hacerlo. Y quizá, como ella, pueda convertirme en un ser de esos extraños, que trata como lo tratan, que no es nunca "demasiado bueno" ni demasiado cojudo, que tiene sus barrios altos y peligrosos, sus calles con putas y drogadictos desesperados por la dosis diaria, como mi ciudad; con puertos y aeropuertos para largarme de mi mismo cuando ya no me soporte más y necesite auto-vacaciones. O para darle a los demás la oportunidad de alejarse antes que empiece la revuelta y los gases lacrimógenos del centro.

Algo ha cambiado en mi, como la calle que hoy recorría; casi imperceptible, casi nadie hará conciencia de ese minúsculo cambio, pero ahí está, es diferente todo y ahora yo... yo lo noto.

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