Me he equivocado tanto, tantas veces, y sé que todas y cada una de esas equivocaciones tendrán una consecuencia; no importa lo mucho que puedas cerrar los ojos, siempre vuelven para encontrarte.
Intento ser fuerte, intento no darle vueltas a problemas que no logro terminar de entender; y el espacio a mi alrededor no termina nunca de tener sentido; entonces intento olvidar, encontrarme estable otra vez para sonreir... pero cada vez que parece que estoy lográndolo, regresan a cazarme viejos miedos y nuevas maldiciones.
Hoy no sé si sentirme mejor o peor, sólo sé que debo arremeter en contra, debo terminar de salir de esto que ya se está convirtiendo en algo crónico, debo atravezar los cristales con fuerza sin importar las cortadas, porque si no, temeré siempre dejarme llevar, porque si dejo que esto sea mi lección de vida, entonces no podré volver a compartirme otra vez. No sé si es por algo en específico, o si es simplemente que ahora soy más viejo, más adulto , más conciente; pero por fin entiendo el miedo de tantos de dejarse llevar al ritmo de otra persona. Si nunca tuve miedo antes, no quiero tenerlo ahora.
Soy silencio, consecuencia de mis actos, de los actos sobre mi. Y no podía empezar a llenar mis vacíos si no sabía cuales eran, ahora tengo una idea más clara de todo.
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