Un sitio vacío

Su asiento vacío,
no está ahí como otros días,
no bebe café con esos labios incomprensibles
ni su pelo dibuja onditas sobre su polo
No está, la extraño pero extrañarla no hará que venga hoy

Nadie escribe en este lugar
se siente el aire ligero de domingo a finales del verano
llega la brisa, la noche
pero ella no aparece;
ni prende cigarrillos con sus dedos delgados
y sus ojos serios no incendian los papeles amarillos de un bloc secreto

Sólo queda la basta extensión de esta barra
las luces que refleja, los reflejos que acompañan
la extraña sensación de haberla perdido en un mar de gente
de no volver a coincidir alguna otra vez
de no conocer nunca su sonrisa en persona.

Qué fácil resulta colgar los sueños en otra persona
Hay mucha luz en la calle
el sol ilumina fuerte esta tarde
Aún así, la brisa es fría y largo el viaje.

Dónde está aquello que nunca sucedió
Porqué nunca te hice el amor
con un temporal por fuera del cristal de la ventana
porqué jamás te besé dentro del monzón
Porqué no hubo fogatas en noches de hielo,
ni alfombras frente a la chimenea para dormir los inviernos

Quién nos secó los canales de Venezia,
envenenó al labrador en el jardín.
Cómo se secaron las copas de vino en nuestras cenas,
apagaron la llama de las velas.
Cuántas dimensiones/depresiones he de cruzar
para hallar respuesta,
cuántas sábanas he de levantar para volver a hallarte.

Destino, no creo en él.
Si lo fuera, broma irónica de mal gusto;
esto de añorar lo que nunca se ha de tener
es el rostro más insípido del deseo.

La brisa está fría.

La contradicción de la memoria es querer olvidar
cuando los recuerdos son vívidos y frescos
Luego, no querer olvidar lo que se va perdiendo
como ecos grices cuando van cubriéndose de polvo de tiempo.

Cuánto de ti habré olvidado,
viviré sin saberlo
y si por algún azar de la vida regresara a mi cabeza
quedará la interrogante
de la no certeza
de haberlo vivido en realidad.

Cada vez más lejos,
el anhelo de una amnesia selectiva:
no olvidar jamás porqué te quice,
olvidar aquello que me (te,nos, no importa) hizo daño.

Sin ti, saber si te quiero
es física de super cuerdas espaciales
Función en teoría matemática
para una mente pragmática.

mis infiernos

Me gustaría llegar a casa justo cuando va atardeciendo y tumbarme en cama hasta
entrar en un sueño tan profundo que asemeje un estado de criogenia
llenar de vacío absoluto todo pensamiento y fugarme tan lejos,
como quien visita los círculos del infierno,
encontrar si fuera posible a Beatriz en un cielo que sólo puedo imaginar ageno,
y tener mi propio Virgilio poeta guiándome por los abismos del pecado.

proyectarme astralmente en universos paralelos
encontrar el limbo, el camino a la iluminación, mi Shambala, mi Tártaro
y regresar sólo cuando haya amanecido,
pues son las madrugadas las que me llevan a ti
y son éstas mi maldición personal en la que te extraño hasta que duele, mi purgatorio.

Cambio un reinado, por un mundo en el que la madrugada dure menos
donde no exista el insomnio, ni el café,
o mejor, cualquier lugar del planeta, o fuera de el, donde no exista esto de hecharte de menos.
cualquier lugar donde amanezca más temprano y la noche no llegue tan rápido acribillándome a recuerdos.

mi infierno personal, recordar tantos detalles.

noche de ulcera

La noche
silencio
hojas que bailan lejos

más silencio
callar porque no tengo más que decir
porque sólo es amor
amor que cae a pedazos con los días
con la noche
el silencio

por la tanta distancia
entre soñar y pretender
sensación de querer
por la tonta distancia
entre la realidad y la espectativa

porque nadie dijo "yo también te extraño" nunca más
por esa maldita costumbre de entender
oir, saber escuchar
porque entiendo todas y cada una de sus estúpidas razones
que me llevan a este momento
que la llevan lejos
porque es una porquería esto

entender no hace que duela menos.

podría

Podría hablar de tu boca
tus labios delgados,
del color que sueles pintarlos.

Podría hablar de tus manos,
tus dedos largos,
el eslmalte que ayer estaba incompleto.

De esas sonrisas
tu manera de hablar sonriendo
de como fumas
como ries
de tus hombros
y tu cintura que se dibuja tan delgada

Del tiempo que vuela
y volar en el tiempo
lejos, hacia atrás
y vamos,
ahí entre café y tabaco

Y yo que podría hablar de tus ojos pintados
dar charlas enteras de lo linda que eres
del sin embargo.

Kanizsa


¿Te fascinan las casualidades de la vida?, ¿rechazarías ponerte la chaqueta de un asesino en serie?, ¿atribuirías a fuerzas superiores algunos fenómenos inexplicables? De niños creemos a pies juntillas las explicaciones que nos dan los adultos de la realidad, de cómo funciona el mundo, pero no todo tiene una interpretación lógica o una base científica o de sentido común. A veces toca apelar a la magia, a fuerzas extrañas o a seres sobrenaturales para entender lo que sucede. A los niños les encanta y parece que a los adultos también.


¿Vemos de verdad a un mundo cada vez más lógico? Estamos tan acostumbrados a desplazar los ojos por el mundo que creemos que somos el origen de la vista y que algo sale de nuestros ojos. Cuando les pides a los niños que dibujen cómo funciona el acto de mirar o ver normalmente dibujan flechas que salen de los ojos (como la visión de rayos X de superman). Así pues, nuestra intuición es que la vista funciona por algo que sale de los ojos. Si combinas esta intuición con todos los ejemplos de las veces que te has sentido incómodo en una reunión social porque has pensado que tal vez alguien te estaba mirando, haz girado y efectivamente te miraba, entonces juntas las dos cosas : la intuición y las pruebas. Claro que después te olvidas de todas las veces que te giraste y nadie te observaba porque aplicamos sesgos a las pruebas para que encajen con nuestras teorías de cómo creemos que funciona en realidad el mundo.


Los modernos hombres y mujeres del nuevo milenio nos vanagloriamos de haber dejado atrás rituales y supercherías del pasado, sin embargo aunque muchos lo nieguen a todos no sigue inquietando lo desconocido y lo misterioso. Una parte de nosotros continúa creyendo en el lado más oscuro de la existencia. Imagina que te ofrecieran a precio de ganga una casa donde se ha cometido previamente un asesinato, ¿aceptarías? Las inmobiliarias aseguran que los lugares donde han ocurrido hechos trágicos resultan mucho más difíciles de vender, y es que de manera inconsciente todavía asociamos los objetos con la historia que los envuelve. Por ejemplo en EBay, el mayor portal de subastas y anuncios clasificados por internet, se vende ropa y todo tipo de pertenencias similares de personajes famosos por cifras astronómicas. Atribuimos a estos recordatorios propiedades invisibles que los hacen únicos e irremplazables. Muchos atribuyen el origen de esta absurda veneración a las distintas religiones que han conformado la forma de pensar en cada cultura, sin embargo no hace falta tener fe en un dios para participar de lo sobrenatural. Las encuestas indican que la mayoría de la gente, ateos o no, cree en algo indemostrable, ya sean los poderes psíquicos, los extraterrestres o los horóscopos. Cosas tan comunes como tocar madera para llamar a la suerte o pensar que una casualidad es una señal del destino forman parte de una necesidad muy humana: la de convencernos que el curso de nuestra existencia tiene un sentido más allá del azar que rige los acontecimientos. Siempre es más tranquilizador creer que hay algo, lo que sea, por encima de nosotros. Aunque a veces ese algo pueda resultar inquietante.


La mente humana tiene dificultades con los sucesos aleatorios, no sólo le cuesta percibirlo, sino también creerlos. Si te pidiera que te sentaras frente al teclado y pulsaras las teclas de uno y cero aleatoriamente y lo hicieras durante suficiente tiempo acabaría surgiendo patrones significativos. Esto sugiere simplemente que al cerebro le cuesta generar actividad aleatoria. En el juego de piedra, papel, tijera los mejores jugadores son los que tiene la facilidad para detectar las pautas del otro. El cerebro humano, que da lugar a nuestras mentes, ha evolucionado para reconocer patrones. A nuestro alrededor, por todas partes del mundo natural y de las características de la naturaleza vemos estructura y orden, y lo hacemos sin esfuerzo. No podemos evitarlo. Si yo ahora tirara un puñado de café sobre la mesa, tu sistema perceptivo automáticamente los agruparía en un patrón. Esto es lo que hace la percepción. Pero además de detectar patrones también inferimos los mecanismos que lo provocan. Esto hace que lleguemos a ideas erróneas sobre lo que ha generado el patrón.


Estamos interpretando el mundo todo el tiempo. Esto significa que podemos cometer errores de interpretación. Con los patrones de los que hablábamos a menudo vemos estructuras que no están allí en realidad, u oímos voces que no están allí. Lo que yo sostengo es que no tenemos un acceso directo a la realidad sino que nuestra mente crea la realidad mediante mecanismos cerebrales que incluyen muchos procesos inconscientes que nos permiten interpretar lo que experimentamos.


La ilusión de Kanizsa: hay cuatro figuras pero la mayoría de la gente ve un cuadrado. Sin embargo lo más interesante no es que solamente la mayor parte de la gente vea un cuadrado que no está allí en realidad sino que sabemos, gracias a la neurociencia, que si se observa la parte posterior del cerebro, en la que está la corteza visual, encontramos unas células hipercomplejas que se activan y apuntan a esa parte del cuadrado como si realmente estuviera allí. Lo que esto implica, y el motivo que sea significativo, es que nos indica que el cerebro está interpretando esa imagen y diciendo: “la única solución, o la mejor solución es que tiene que haber un cuadrado allí, así que vosotros corteza visual comportaos como si realmente hubiera un cuadrado”. Por tanto creas tu propia experiencia. La manera en que interpretas el mundo es la manera en que lo ves.


Los pensamientos sobrenaturales no son más que errores que generan los niños cuando representan la realidad. Errores que persisten en nuestro interior para toda la vida. Desde que nacemos somos pequeños científicos elaborando teorías acerca de lo pasa a nuestro alrededor. Un bebé de un año tiene muy claro que los objetos no desaparecen porque sí y cuando le hacemos un truco de magia en seguida se da cuenta de que algo no cuadra. Tras una investigación minuciosa aprenden cuáles son las propiedades de los distintos objetos de la naturaleza y descubren, por ejemplo la ley de la gravedad. Pero es que además de predecir la caída de los sólidos, son capaces de predecir el comportamiento de su madre que sabe que siempre recoge los objetos del suelo. Algunos de sus logros son asombrosos: desde los 6 meses por ejemplo pueden distinguir perros de gatos y pájaros de aviones. Son pequeños físicos, biólogos o psicólogos llevando a cabo miles de experimentos cotidianos. Poco a poco descubren que existen seres vivos y objetos que no están vivos. También descubren que existen las personas, cuyas intenciones pueden entender e incluso imitar. Sin embrago, y a pesar de sus enormes capacidades es normal que los niños se equivoquen al mezclar las categorías: basta con proponer a un niño dibujar lo que tiene a su alrededor para comprobar cómo da rienda suelta a la necesidad de atribuir propiedades y caracteres animados a los elementos inanimados. En general en todas las culturas los niños pequeños llegan a creer que algunos objetos están vivos. Esa idea no se la ha explicado nadie sino que surge de forma natural en ellos mismos. Nosotros hemos heredado esta tendencia innata o ¿acaso no le hablamos al ordenador cuando esperamos que ejecute una orden o le chillamos si se estropea? ¿Para qué sirve el mar? Para qué el barco no se hunda y también para que no se mueran los peces, responde un niño. ¿Para qué sirve la montaña? Para los árboles, para las flores, respondió una niña. Los niños tienen tendencia a creer que el mundo existe porque es útil que así sea. Esta manera de ver la realidad podría ser el origen de las religiones que se basan precisamente en creer que el cosmos, y por extensión nosotros mismos, tiene una razón de ser, una utilidad, un motivo por el que existir. Y además nunca dejamos de estar abiertos a creer. Incluso creemos que una escalera tiene una función oculta: 3 de cada 4 adultos no pasarán debajo de una escalera si nadie les ve.


Resulta curioso que el cerebro se identifica con lo que se piensa pero no con lo que se siente o con la idea de quién es uno mismo. Esta percepción es el origen de la tradicional separación filosófica entre mente y cuerpo que nos lleva a creer que existe el alma. Crecemos con la idea innata de que nuestra esencia puede estar separada del cuerpo que habitamos y que además se libera al morir. Esto nos conduce a la convicción de que existe una vida más allá de la muerte. Mi tío, un neurocirujano, durante toda su carrera llegó a conocer muy bien las consecuencias del daño cerebral. Sabía que la percepción de las personas podía distorsionarse y conocía perfectamente que un cerebro dañado puede crear una realidad distorsionada. Cuando perdió a su esposa, seis semanas tras su muerte, un día nos dijo: “Acabo de ver a mi mujer en el borde de la cama”. Tuvo un delirio, es decir, una alucinación. Nos dijo que sabía que estaba alucinando, gracias a su experiencia del mundo, pero ese conocimiento no impidió la experiencia que tuvo. Así que imagina como se sentiría alguien normal que no sabe nada del cerebro, lo viviría como algo tan real, como alguien de carne y hueso. Así que no es de extrañar que las personas realmente crean que estas cosas son reales. El motivo principal por el que las personas creen en lo sobrenatural es por alguna experiencia personal que no pueden explicar científicamente. Por eso tenemos que entender que esto es algo que no se puede erradicar con la educación y me preocupa que los científicos afirmen que las creencias proceden del adoctrinamiento, de decirle a la gente lo que tienen que pensar y que por eso existen creencias en lo sobrenatural. Yo creo que en realidad se trata de algo que nos sale de dentro, que tiene que ver con la manera en la que generamos nuestra comprensión, nuestros propios modelos del mundo y algunos de estos modelos son sobrenaturales. La pregunta fundamental es si todas estas creencias, convicciones, sensaciones, prejuicios sobrenaturales los hemos aprendido de los demás o los hemos creado nosotros mismos. Evidentemente las religiones y los rituales supersticiosos se transmiten de generación en generación, se asientan sobre nuestras inquietudes naturales sobre el mundo. La idea de que hay dimensiones ocultas y las preguntas existenciales, ¿de dónde venimos y a dónde vamos?, son cosas que nos preocupan y cuando alguien nos cuenta una historia que lo soluciona nos identificamos con eso y pensamos: “sí, cabe dentro de lo posible, puedo ayudar a creerlo”. No tiene que esforzarse demasiado, no tiene que adoctrinarnos para hacernos creer en algo así porque estamos abiertos a la creencia desde el principio, por ejemplo los niños no entienden la muerte cuando son muy pequeños, no están seguros de que es lo que sucede cuando un ser vivo muere. El concepto de enterrar a alguien en una caja perturba tanto a algunos niños pequeños porque no pueden concebir la muerte, creen que la persona sigue estando allí. Se han hecho experimentos con marionetas y se les dice a los niños: imaginemos que un cocodrilo se come a un ratón, y se les enseña las marionetas del cocodrilo y el ratón, y se representa la acción como si fuera un teatro, luego se les pregunta: ¿crees que el ratón necesita comer? Y dicen: “no, no necesita comer. Pero se siente solo, está solo ahí dentro del cocodrilo”. Entienden algunos aspectos del fin de la existencia pero la noción de que la mente deja de existir les resulta un concepto muy difícil. Y no sólo les pasa a los niños, a muchas personas también, por eso la vida después de la muerte, la idea de que existe algo cuando morimos resulta completamente coherente y verosímil.


Se publicó un artículo en la revista Science, una revista científica muy prestigiosa, donde demostraba que si se pone a las personas en una situación estresante en la que sientan que no tiene mucho control, empezarán a ser más supersticiosas, adoptarán más creencias. En tiempos de crisis es donde se adoptan creencias supersticiosas porque necesitamos sentir que podemos hacer algo para influir en los resultados. No nos gusta los resultados impredecibles, nos gusta saber lo que va pasar, y por tanto si ponemos a alguien en una situación totalmente estresante en la que no pueda predecir que pasará, necesitará hacer algo. Por eso vemos un aumento de conductas supersticiosas en tiempos de guerra o de crisis económica. Estas acciones o rituales supersticiosos que hacemos nos inoculan contra los peores excesos de estrés. No importa si es un simple partido de tenis o un examen importante. En cualquier situación en la que no sabes que va pasar tienes que hacer algo. Pero lo interesante es que si evitas que alguien lleve a cabo su ritual, muy a menudo las cosas le saldrán peor porque esa persona creerá que carece del control que estaba influyendo los resultados en cualquier caso. Paradójicamente la ilusión de control hace que salgan mejor las cosas en estas circunstancias porque la persona no estará tan ansiosa sobre la posibilidad de que todo vaya mal.


La idea de lo sagrado es realmente importante. Todos los miembros de una sociedad deben creer en las cosas sagradas, no importa si estamos hablando de un equipo de fútbol: si todos los seguidores del equipo creen que el terreno de juego, el estadio de fútbol es sagrado y lo tratan con reverencia, entonces naturalmente se trata de una noción colectiva de que hay algo especial e irremplazable en los objetos o en los lugares. Necesitamos por tanto de que haya una dimensión adicional, algo que trasciende y va más allá de la razón, que lo hace todo más humano. Esto nos permite tener una humanidad compartida, una sensación compartida de comunidad. Por eso necesitamos suponer esa dimensión adicional, ese sobrenatural.


Nunca he intentado predicar, y mucho menos predicar dogmas. Si acaso sugiero alguna cosa que parece que acaba de comprobarse después de muchos esfuerzos: hay muchas más cuestiones que no tienen respuesta que cuestiones que la tienen. Y eso no lo debemos olvidar nunca. No es verdad, como creía yo, que caminamos a un mundo en que la decisiones serán cada vez más lógicas. Hay una herencia dogmática, arcaica, filogénica, que nos favorece a veces, y que a veces nos es nefasta, pero que está allí durante miles de años. ¿Seguirá?


another sunny day - Belle & Sebastian





Another sunny day, I met you up in the garden
You were digging plants, I dug you, beg your pardon
I took a photograph of you in the herbaceous border
It broke the heart of men and flowers and girls and trees

Another rainy day, we’re trapped inside with a train set
Chocolate on the boil, steamy windows when we met
You’ve got the attic window looking out on the cathedral
And on a Sunday evening bells ring out in the dusk

Another day in June, we’ll pick eleven for football
We’re playing for our lives the referee gives us fuck all
I saw you in the corner of my eye on the sidelines
Your dark mascara bids me to historical deeds

Everybody’s gone you picked me up for a long drive
We take the tourist route the nights are light until midnight
We took the evening ferry over to the peninsula
We found the avenue of trees went up to the hill
That crazy avenue of trees, I’m living there still

There’s something in my eye a little midge so beguiling
Sacrificed his life to bring us both eye to eye
I heard the Eskimos remove obstructions with tongues, dear
You missed my eye, I wonder why, I didn’t complain
You missed my eye, I wonder why, please do it again

The lovin is a mess what happened to all of the feeling?
I thought it was for real; babies, rings and fools kneeling
And words of pledging trust and lifetimes stretching forever
So what went wrong? It was a lie, it crumbled apart
Ghost figures of past, present, future haunting the heart

Otro día soleado. Te encuentro en el jardín.
Estabas plantando plantas, y me gustaste. Lo siento.
Te hice una foto sobre la hierba.
Rompió el corazón de los hombres y de las flores y de las chicas y de los árboles.

Otro día lluvioso. Estamos atrapados dentro con una maqueta de trenes.
Chocolate en hirviendo, ventanas empañadas cuando nos encontramos.
Tú tienes la ventana del ático mirando hacia la catedral.
Y en las tardes de domingo, las campanas suenan al anochecer.

Otro día de Junio, escogeremos a once para jugar a fútbol.
Jugamos por nuestras vidas. El árbitro nos dice que nos jodan.
Te ví por el rabillo del ojo en la línea de banda.
Tu oscuro rímel me recuerda históricos encuentros.

Todo el mundo se ha ido, y tu me llevas a dar una larga vuelta.
Tomamos la ruta turística. La noche es brillante hasta medianoche.
Tomamos el ferry del atardecer hacia la península.
Encontramos la avenida de los árboles hacia la colina.
Esa loca avenida de árboles, todavía vivo en ella.

Hay algo en mi ojo, un mosquito pequeño, que me distrae.
Sacrifica su vida para que nos crucemos las miradas.
He oído que los esquimales quitan las obstrucciones con la lengua.
No acertaste en mi ojo, me pregunto porqué, no me quejo.
No acertaste en mi ojo, me pregunto porqué, inténtalo de nuevo.

El amor es confuso. ¿Qué sucedió con todo aquello que sentíamos?
Creí que era real; niños, anillos y tontos arrodillados.
Y palabras de promesas y confianza y vidas enteras unidos.
Así que, ¿que salió mal? Fué una mentira, se deshizo.
Imágenes fantasmas del pasado, presente y futuro persiguiendo el corazón

(traduccción de http://letras-traducidas.net)

donde no exista el recuerdo

a veces, sólo a veces
me pregunto
qué hago a esta hora,
solo, en una calle vacía
con noche por delante
y sin amante

qué hago esperando
miles de cosas que no han de suceder
piel, pieles que no vendrán
sueños que no compartiré

qué hago esperándote?

Sé que no vendrás,
no quiero que vengas
que llames
que ames
simplemente no quiero tener que volver a verte
sabes?

y al mismo tiempo, sigo soñando contigo
sonando a ti,
oliendo a ti
buscando en mis sueños tus manos
tu toque suave,
tu aroma
pero igual
quiero alejarme todo lo posible
galaxias lejos
sueños de por medio...

qué hago yo en una noche solitaria?
tranquila luz de luna que alumbra mi existencia insípida
qué hago, yo sin ti, tu sin mi...
que hacemos ahora que la vida se las ha arreglado para separarnos?
para meterse en medio como quien detiene
el fin del mundo
que seremos tu y yo

no quiero escribir nunca más de ti,
y sin embargo,
copas de más
sigo aquí,
como el estúpido de olimpiada que soy
sigo aquí
odiando lo que dejas de mi
porque de alguna extraña razón
extraño lo que era cuando íbamos los dos
y al mismo tiempo daría lo que fuera por olvidarte
quiero olvidarte
quiero perderme en las noches en calles oscuras sin carnaval
quiero querer sin barreras, sin sogas al cuello
quiero soñar, sonar diferente
quiero volar lejos,
alto
a un infinito donde no exista el recuerdo.

mira que acordarme de ti

Mira que acordarme de acordarme de ti
ahora que sólo eres una escena a la lejanía
de no ser yo quien la comparte contigo
de no morir nunca más por serlo.

Mira que acordarme de ti
cuando alguna vez soñaba navegar por el mar de tus lunares
con botecito dibujado en papel, posavasos de algún café de por ahí

Te sobrarán quienes quieran verte reir,
quienes a tu oido te hablarán de amor otra vez
otros tantos principes "in blue"

Te querrán más que yo, quién sabe,
y llegarás a querer a quien te quiera
los "no lo sé" dejarán de ser respuestas
y volverán a tocar la puerta en pos de robarte besos
sonrisas con libritos, caballitos de plata quemada
y una mirada empapada de ti.
Llegará quien no sea parte de la resaca del día siguiente
y no habrá necesidad de soñar que andas no ahí

Mira que acordarme de acordarme de ti
cuando no hay más de mi en el camino.
para que rias con muecas de otra boca,
y no vuelvas a sentir la necesidad de preguntarte si eres feliz
y no regreses a beber pisco con música de lata
ni pianos desafinados, ni burbujitas, ni planes no realizados

mira que acordarme de acordarme de ti
cuando ya no estoy en medio,
cuando me he acordado de no estar entre tu y quien pueda ir por venecia
que no quiera quedarse en tu cama a jugar el domingo hasta que el tiempo se vuelva viejo
quien no admire con tristeza tu capacidad de negativa a quienes andan más cerca
que sepa mentir sin meter la pata, patas largas

Te han de adorar más que yo
sin frentes marchitas
ni Gardel cantando tangos que no bailarás
porque Lavoe ganó la puesta de ritmo en corazón
hay corazón, mira que acordarme de ti
acordarme que el olvido existe en cada puesta de pie
por un hospital que en su vacío me refugia
Te han de añorar más que yo a la nicotina
cuando reunión de medio dia y yo aburrido voy contando margaritas
soplando humitos de cigarro a pulmones agenos
a miradas extrañas. A soledades compartidas.

mira que acordarme de acordarme de ti

tarde bien

me encanta dormir la siesta por la tarde
en mi cuarto pequeño de mi casa pequeña
me encanta sentir que fuera, por la ventana, todo parece tranquilo
y en silencio mi pequeño mundo exterior vive un atardecer calmado
me encanta sentarme en el pequeño jardin de mi pequeña casa
en la pequeña silla por fuera de mi ventana
me encanta soplar el humo del cigarrillo por debajo de las plantas
y ver cómo el sol baila cuando las hojas se mueven
cuando el humo descubre su baile para los ojos
cuando la luz se hace realmente visible

me encanta encontrar videitos que me hacen sonreir

extraña

Sigo esperándote, aunque a esta altura sé que lo más probable es que jamás vuelva a saber de ti. No te preocupes, no te culpo. Tampoco es que haya guardado demasiadas esperanzas en este intento, y me qudará siempre la alegría de saber lo que hice. Por lo menos, no negarás que tienes una anecdota más que contar.

Para ser justos, hoy te ví otra vez, lucías algo diferente quizás porque estabas acompañada; tenías una mirada diferente a la del otro día, al menos eso me pareció aunque en realidad no le presté tanta atención como aquella vez. En lugar de eso continué con mis cosas, y qué se yo, te marchaste en un momento mientras yo me preguntaba si llegaste a usar el lapicero que te di, si lo usarás algún día.

Entre lo extraño de las coincidencias y lo ridículo que me siento en este preciso instante, te seguiré esperando un poco más... Como se esperan las cosas sin certeza, como cuando se ha perdido la guerra y sólo falta la rendición en la radio del general pero todo el mundo ya lo sabe, y brindaré por ti, brindaré contigo, estrella de mi locura.