No te dije hola ni tú dijiste chao

Caminar, tropezar, levantarse, seguir caminando, saludar y seguir tropezando para que al final, levantar la mirada y encontrarse con un par de ojos que tal ves no vuelva a ver. Pues no te dije hola ni tú dijiste chao. Al final solo pude quedar de pie observando tu silueta imaginando que volteas y agitas la mano…

Al terminar tanta mentira, para alegrarme la tarde, seguí mi camino, nuevamente con los cigarrillos, a donde nadie me vea.

Hold on tie

Dejaré de escribir aquí por un tiempo;
lo que he estado experimentando las últimas semanas
no es algo que quiera compartir,
como decía mi padre que decía mi abuelo
hay demasiado sufrimiento en este mundo
como para ir cultivando más tristeza en lo que escribes.

Sin embargo, visítenme de cuando en cuando en Patognomónico... me resulta más sencillo escribir de cualquier cosa que no sea lo que estuve posteando hasta ahora por aquí.

Un abrazo para todos, no se preocupen, igual mantendré bien cuidadita esta estación que alguna vez fue de todos nosotros.

Fantasma

Cada paso por la calle
como si fuera un fantasma entre los vivos
regreso camino a lo que conosco tan bien
como neblina va cubriendome
mi vida como ecos de memoria

La peor de mis pesadillas
es tan familiar como llegar a casa
Y aquello a lo que más le temo
es lo que mantendré más cerca

Lo siento tanto
pero no puedo más, no así

Vestido negro

Promete
que vendrás con un vestido negro
que dejarás los strapples deslizarse
cuando mis manos dibujen una línea en tus clavículas

Promete
que cerrarás los ojos cuando bese tu cuello
que tu respiración se detendrá
cuando me aventure a buscarte donde termina tu falda

Que los minutos se hacen largos
y la oscuridad nuestra
cuando se dibuja tu vestido con sólo calor y vaho de perfume

Promete
que en el silencio descubriré el sonido
de la tela resbalando por tu piel

Cielo

Oscuro
lagrimas de cielo que de cuando en cuando caen para evaporarse en el pavimento

el tráfico se vuelve lento
empiezo la cuenta regresiva hacia mis antiguas formas.

aspiré nicotina del cigarrillo y heché la cabeza en el respaldar del asiento trasero del taxi; tengo aquella sensación tan familiar en el estómago, una mixtura de vacío y ansiedad que se solapa con la imaginación de poder completar lo que falta dentro con un poco de humo; quizá por eso regreso al tabaco, una y otra vez porque me regala la ilusión de ser un tipo duro, esconde mis suspiros en pitadas y ofrece los segundos necesarios para cerrar puertas en mi interior. Quizá sean clavos del ataud, pero también lo son de las barricadas que levanto, las que me dejan continuar.

Canción para el taxi con tráfico agudo:
The real folk blues - OST Cowboy bebop