sun day (día sol)

Domingo por la tarde
solo.

No sé bien si es algo común entre la gente sentirse así, incompleto. Quizá nuestra condición de seres sociales hace que siempre estemos buscando a otra persona que pueda llenar esos vacíos, muchas veces una sonrisa es suficiente, al menos para mi, porque de alguna manera siempre he creído que los espacios grandes los tiene que aprender a llenar uno mismo, pero son los detalles pequeñísimos los que le dan color a la existencia y esos sólo pueden ser completados por una persona agena a nosotros mismos.

A pesar de esto, una sóla persona jamás será suficiente para completarnos, y al mismo tiempo yo jamás seré suficiente para completar a alguien. Yo soy un rompecabezas interminalbe, que busca al fin y al cabo unir piezas con otra persona, otro rompecabezas. Soy conciente de mis limitaciones pero aún así me aventuro a decir que puedo amar, extrañar, intentar con toda mi alma llenar vacíos agenos... Y aún así, estoy solo un domingo por la tarde, cuando retazos de mi piel ya duelen por sentir una caricia, piel cálida, sonrisas. A pesar de haber perdido la esperanza, sigo en pie, intentando ser constante porque querer implica eso, para mi al menos, estar ahí aún cuando no te necesiten y más aún cuando sí; porque los vacíos en el alma se tatúan cuando llega el domingo y soledad es lo único que hay de almuerzo.

Llega el verano otra vez, el sol, la playa, la piel canela y la arena que quema. Cada vez más conciente del límite del cielo, aunque parezca a veces interminable.

delirios, no leer.

Estoy cansado, no he dormido lo suficiente y tengo esa sensación desértica en los ojos... me arden. Me siento frente a esta computadora esperando que algunas respuestas aparezcan milagrosamente en el monitor, nada, la vida no se manifiesta así, yo no creo en epifanías.

Que extraño es a veces el tiempo. Las cosas cambian y ésa es la única ley universal en la que creo; yo cambio, intento cambiar, las personas que conozco han cambiado ni para bien ni para mal, sólo... cambio.

Tengo tiempo, al menos eso creo, tengo tiempo y música que uso para cerrar los ojos y olvidarme de todo. Para llenar mis vacíos sonrío, y el tiempo bailó en la noche prometiéndome que sin importar lo que pasara yo sonreiría. Y cómo sonrío! no puedo creer que ver un vestido me haría sonreir tanto, hacer hasta el punto de sorprenderme, soñar despierto y perder el sueño cuando duermo. cómo somos sólo ropa a veces, trapos, luces... los humanos somos graciosos, incomprensibles, a veces con mentes divididas, a veces nos divide la mente.

Tempo y cambio, cómo he cambiado, no busco una respuesta, no quiero plantearme dudas. Quiero vivir sin desafinar, pero yo nací desafinado, como la canción, como una línea recta que se curvó en un momento, o el tiempo que se quiebra. Veo mejor, más claro, sin importar que mis ojos ardan cuando no duermo. Pero veo, observo... a veces me gustaría ser ciego, y escuchar de una mujer la descripción de cómo es la realidad, e imaginar en su voz todo lo necesario, poder perderme sólo en los sonidos. Y a veces poder ver todo y no soñar con susurros que no tengo.

soy feliz, y a veces no lo soy; estoy tranquilo y a veces no duermo, duermo y a veces me gustaría no tener que despertar tan temprano, a veces despierto temprano porque quiero y me alegra poder salir de aquí cuando tengo una linda excusa para hacerlo... soy y no soy, tengo y no, siento y no... ¡estoy vivo! complicado, aburrido, cansado... pero vivo

3 escenas

Primera; son las cuatro de la mañana del domingo, tengo los pies metidos en el agua. Hace frío, o debería hacerlo, no lo siento porque estoy hipnotizado por el color azul que casi siempre hay en todas las piscinas… Uno de mis colores favoritos es ese el” azul piscina”; mis pies a través del agua se ven extraños, en el fondo hay dos monedas que se me cayeron hace un rato del bolsillo y brillan escondidas en las profundidades. Ahora estoy metido en la piscina, sí hace frío, y ni el hipnotismo ni el alcohol en mi sangre me pueden engañar de lo que mi cuerpo siente, camino dentro del agua. Tiemblo de frío cuando camino hacia casa, sólo espero poder meterme a la cama y calentarla lo suficientemente rápido como para caer en sueños.



Segunda: No sé bien qué hora es, debe estar pasando el reloj más allá de las seis, he aprendido aquí que cuando comienza el verano el crepúsculo se materializa más tarde, aunque aún no sepa calcularlo bien. El sol entra por la ventana del Starbucks, los sillones están vacíos y dos chicos se han apoderado de uno de ellos, la chica va tumbada sobre el pecho del chico, van mirando juntos algo en el celular y la luz los alumbra. Hay tanto brillo aquí dentro que casi no puedo ver lo que hay fuera… es uno de esos momentos que se conectan con tantas otras cosas, y entonces recuerdo que la extraño.



Tercera: Voy en auto, otro atardecer, pero esta vez se ve a través de mis gafas oscuras y el mundo parece distinto, todo parece distinto. Por alguna razón me da miedo tomar su mano, sé que no soy la persona más segura del mundo, pero hasta ahora no me había sentido así cada vez que se me pasa por la cabeza hacer algo como esto. Quiero que todo esté bien, todo lo está, pero quiero más y no sé si voy bien. Han pasado vario semáforos, otra vez contando semáforos, otra vez diciéndome que en el próximo me animo, estoy empezando a odiarlos especialmente cuando el rojo cambia demasiado rápido y no me da el suficiente tiempo.