ya va, que va,
bah...

mira que llegar al cuarto de siglo no se hace todos los días.

si lo pienso bien, esta fecha no termina de gustarme por alguna razón desconocida,
igual... quizá haya logrado aprender a disfrutarla no por mi, sino por otros...

intento reinventarme, redescubrirme... el proceso es largo, es tedioso, necesito horas de anestesia total, de sevofluorano para una mente sin descanzo. Necesito lejanía, paz.

quizá algo de sertralina.

Y entonces hubo música

Ha pasado una larga etapa de silencio en mis caminatas,
desde aquella vez que me robaron el mp3 camino a polvos azules.

silencio, terrible silencio...
el sonido blanco de la estática en mis oídos,
mi alma, mi mente, como interferencia de tantas cosas
de recuerdos, de sueños, de cosas por ser que nunca serán

silencio, sin banda, sin orquesta
como la oscuridad, como lo etereo
la despersonalización, el sentimiento de todo extraño, ageno

el silencio de añorar algo que ya no es, que nunca más será
la soledad.

y entonces
hubo música.
Frío, sol
verde limón
azul marino
do -re- mi -fa
(fa =segundo tatuaje)
los colores
los sonidos
Creo que alucino mal
piano piano y piano
tengo la cromática de los sonidos.

D2

(sobre las mujeres)

Campeonas olímpicas del perdonismo
imbatibles blanqueadoras del karma
mártires de la autolapidación
rebotamos entre los extremos de la sin razón
militamos el amor todo terreno
y vivimos conjurando cualquier indicio de rencor,
todo apunta con un demoledora potencia que alguien ha sido objeto de nuestros afectos.
Creo que en este caso que el resentimiento es la mejor sala de cuidados intensivos para las víctimas del cada vez más errático Cupido...
Y con el viento te vas,
tan ligera como la brisa que pasa, te vas, otra vez

y para qué mas?
si suficiente tuvimos de los dos de otro invierno,
al menos yo,

queda ahora, lo que siempre queda
seguir en silencio
reprimir los te quiero.
Y sin importar qué,
te busco

En lo más profundo de mi, sé que te encuentras
te busco

Aunque no iré a encontrarte jamás,

aunque no vayas a regresar

y qué más da.

Si nada va, no más.
nada más.

Lo peor de este mundo
es un hombre sin esperanza,
por todo lo que puede hacerse ahí
en la oscuridad
ni siquiera besarte por besarte,
ni quererte por querer hacerlo.

y va, ya va, sale de mi todo esto.
no lo extrañaremos, nunca más.
porque ya no somos dos, ni uno, ni medio.
simplemente dejamos de serlo.

si no me extrañas, entonces no va. no, no más.