Si yo tuviera un diario…(3)

En este punto no supe que hacer, dejarla ir o seguirla, y si hacia lo ultimo para qué, que le diría, que pensaría ella al darse cuenta de que la estaba realmente siguiendo. Deje las dudas a un lado, si estaba en esta situación era justamente debido a ellas, pues si hubiese actuado decididamente desde un principio estaríamos tal vez aun juntos, preguntándonos nuestros nombres y pasatiempos. Así que decidí seguirla, tome el siguiente carro que venía hacia mí, una combi que funcionaría como corcel por ahora, la tenía que encontrar, esto aun no había concluido. Lamentablemente, en mi desesperación por poder alcanzarla, no me fijé mucho en la apariencia del bus que ella había tomado, por lo que en vez de perseguir a éste opté por ir de frente a mi destino, al centro de Pueblo Libre, ahí debía de estar ella, caminando, bella, y lo demás no importaba, ya se me ocurriría algo que decirle al vernos de nuevo.

Así llegue al centro, la busqué, camine alrededor de la plaza, luego camine por la calles cercanas, amplié mi radio de búsqueda a otras calles, y decidí volver al centro nuevamente a ver si la hallaba, me senté en una banca, y esperé. Diez minutos pasaron, luego diez más, decidí caminar por la calles cercanas otra vez para luego volver otra vez a la plaza, pasaron muchos minutos más y entonces comprendí que la había perdido, como perdí en otras ocasiones a otras ellas en mi vida, a quienes mientras escribo he empezado a recordar, y a recordar también como no hice mucho por conocerlas. La perdí, hoy la perdí a ella, pero no cuando bajamos del primer bus en donde nos vimos, sino creo que desde antes, desde el momento que no tuve el valor, de una vez interpretada su primera sonrisa, acercármele y ayudarla, ahora comprendo eso. Y así ella se fue de mi vida.

Yo no tengo un diario, ni un blog siquiera, pero quería compartir esta historia que es tan real como la pena que sentí esta mañana, pena por mi claro está, por que me falta valentía, algo que debo solucionar por mí mismo. No pretendo dar ningún consejo, pues como ya se habrán dado cuenta, en esto de las relaciones no soy un experto, y si algún mensaje pueden extraer de lo que me sucedió, pues bien por ustedes. Pero decía que no tengo un diario, nunca lo tuve, la verdad es que creo que pararía olvidado en mis cajones, casi vacío, pues como conté en un principio, paso muchos meses dentro de una vida monótona de estudiante, pero si yo tuviera ese diario definitivamente hubiera escrito esta historia en el, pero no siendo el caso he preferido dejar esta historia en esta Estación Perdida que hoy me tuvo de pasajero. No sé si me subiré de nuevo, tal vez sí o tal vez no pues como me ha sucedido en viajes a través de esta ciudad, a veces me topo con gente a la que ya había visto antes, aunque la mayoría de veces viajo con gente a la que solamente veré una vez en la vida, espero que ese no sea el caso con ella, y espero pronto en la misma ruta que tome hoy día volver a ver su sonrisa, a sentir su olor, y esta vez sí a atreverme a acercármele y sentir con ello lo suave y cálido de su piel, si ese es el caso sin dudarlo haré un nuevo uso de la Estación, para contarles una nueva historia que ya no será triste, como ésta .

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