Universo

Imagen real, del telescopio Hubble


El universo es tan grande, que conceptualizarlo en una sola idea es casi imposible, no importa el número o distancia que imagines, probablemente es más grande que aquello y entonces llegarás inevitablemente a pensar en infinito; que más allá de ser algo sin fin, es como llamamos a aquello que está fuera de nuestro alcance para cuantificar. Entonces sí, podríamos llamar infinito al universo.

Ahora, el tiempo; si se pudiera poner un inicio y un final a la existencia de la materia o la realidad como la conocemos (o creemos conocerla) si pudieramos imaginarlo por un instante como una unidad, como un todo y luego lo dividieramos en billones de años, y después en partes más pequeñas hasta llegar a lapsos de diez segundos, tendríamos otra vez, un infinito número de intervalos.

Si pensamos entonces en la cantidad de veces que bailaron danzas de energía cósmica, hasta que en una colisión (de las tantas que podríamos imaginar como infinitas) se generaron átomos de materia llegando a conformar carbonos, moléculas más complejas que formaron células, luego tejidos y finalmente seres vivos más completos.

Y si cada uno de nosotros fuera el resultado de la sobrevivencia de cada (y todos) nuestros antepasados a lo largo de la historia joven de nuestra especie; en un sin fin de posibilidades y acciones que pudieran generar reacciones en cadena, como un efecto mariposa, en donde el más mínimo detalle diferente en alguna minúscula parte de esa secuencia exacta, tendría como resultado que alguno (o ninguno) de los dos existiera...

¿No parece suficientemente mágino el hecho que ambos existamos, haber coincidido en el mismo lugar, en el mismo tiempo; y que la infinidad de posibilidades sucedidas hayan tenido como resultado los diez segundos que nos duraba un simple, inconciente y mísero beso?

Pero no, en general, las personas tendemos a subestimar (y vaya manera de hacerlo) cada segundo que tenemos. Y queremos música de fondo, parajillos trinando en los árboles; luz más brillante y aquello "desconocido" que le da un nosequé a las cosas y que termina con una imágen que se va oscureciendo para que comiencen los créditos de la película.

Cada respiro, segundo, beso, tiempo; es mágicamente real y complejo... Siempre y cuando uno aprenda a valorarlos como tales y no vivirlos como si nada. La belleza de lo simple, el milagro de la vida... llámese como mejor le parezca a cada uno, es algo que yo no sé si significaré en algún momento para otra persona.


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