Yo no soy Sabina

Ya debería saberlo... No puedo andar estructurando frases, ni pícaras, ni traviesas, como decirle a alguien "Ven y vemos qué es lo que pasa..." No, no hay forma que algo así me funcione a mi, que de trovador no tengo ni la guitarra.

Para ser alguien a quien le gusta el lenguaje, su uso, sus metáforas y las analogías; soy sencillamente un estúpido cuando se trata de transmitir correctamente lo que siento, porque además, lo que siento está claro, y no puede estar mal, al menos eso creo, es que hay una maldita interferencia entre el sentir y decirlo como se debe.

A veces, creo que lo mejor sería quedarme callado. Pero al mismo tiempo sé, que en el silencio no se llega a ninguna parte; quizás lo que me empuje a hacer/decir tantas tonterías, es que realmente quiero llegar a algo contigo... y ahora se ve tan lejos todo, como el caminito de la sierra que no se termina aún cuando ya se está haciendo de noche.

Lo siento, debí callar ayer.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

simplemente son
las nubes de polvo que bailan
cuando rompes el fondo del espejo de agua
con la prisa.
qué es lo que está tan lejos?
ya no hay un océano
no hay silencio
no hay vacío.

elena clásica dijo...

Si llegas a ser un trovador, no sé qué hacemos. Bien es verdad que, a veces, parece que las palabras no tienen suficiente fuerza para expresarnos, y sin embargo, los poetas quieren contestarnos con otros testimonios, así del s.XV Jorge Manrique vive con esta llaga mortal:

En una llaga mortal...

En una llaga mortal,
desigual,
que está en el siniestro lado,
conoceréis luego cuál
es el leal
servidor y enamorado;
por cuanto vos la hiciste
a mí después de vencido
en la vencida,
que vos, señora, venciste
cuando yo quedé perdido
y vos querida.

Un besazo.