Hope

Espérance, hoffnung, speranza, esperança, esperanza, hope.
Se define como “confianza en que ocurrirá o se logrará lo que se desea”, y también como “objeto o persona en la cual se confía para obtener lo que se desea”. Confianza, ilusión, creencia, certidumbre, optimismo, promesa, seguridad. Tantas palabras, tantos términos, tan cercana y tan inalcanzable. Yo me consideraba muy creyente, muy segura, muy optimista. Creía en las palabras y las personas a ciegas. Tenía esperanza.

He descubierto “a golpes” que no todos son lo que creemos, que no todas las palabras son ciertas, que no todas lo que se hace es verídico. La gente miente, y miente demasiado. Las palabras hacen daño. Un abrazo no significa te quiero, un beso dejó de tener importancia. Todo es un trámite, una mera rutina para llegar a lo que realmente se quiere y no se dice.

¿Cuándo querer a alguien perdió la esencia de sólo dos, uno y otro, queriéndose? Ya no es lo mismo, todo ha cambiado, yo he cambiado, o por lo menos, siento que no soy igual. Rompí relaciones con la confianza, me olvide del optimismo, mi seguridad se fue al tacho. Perdí mi esperanza. Me perdí yo. Perdí mi esencia, gané miedo.

Tengo miedo de volver a enamorarme, tengo miedo de no enamorarme. Tengo miedo de no creer en nadie, y tengo miedo de volver a creer. Tengo miedo de confiar, de esperar, de sentir, de no sentir. De verte y no verte nunca más. Me contradigo, te maldigo y te extraño. Te odio, porque te quiero conmigo. Y me odio a mi misma por no poder dejarte atrás. Y empiezo a pensarte sin siquiera quererlo, sin darme cuenta, sin ser consciente (o si) de lo mucho que quiero hablar de ti.

Así es la vida, así soy yo, contraproducente, poco prudente, increíblemente tonta, con ganas de querer por mil, con miedo a todo y todos, pensando y haciendo cosas distintas. Con la esperanza de encontrar la esperanza que perdí. Con mucha paciencia, después de todo, esperanza y esperar parecen tener la misma raíz. Presente y ausente a la vez. Con la mirada vacía, pero llena de ilusiones, buscando un relleno para el vacío que siento, esperando (sí, otra vez de esperar) que escribiendo queme la ansiedad de verlo, llamarlo, buscarlo, olvidarlo.

Gracias por darme un espacio para escribir.

hope*

“De esperanza no tenía más que el nombre...
La que no esperaba nada de los hombres
Coleccionaba amores desgraciados

Soldaditos de plomo mutilados
Pero quiso una noche comprobar
Para qué sirve un corazón
Y prendió un cigarrillo y otro más
Como toda esperanza se esfumó”
(Sabina y Calamaro, Más guapa que cualquiera
)

1 comentario:

Sebastian dijo...

Bienvenida! Gracias a ti por compartir con nosotros.

Quizá creer en las personas y palabras a ciegas no sea tan prudente; pero definitivamente no creo que la esperanza se pierda a golpes; a golpes aprendemos a quererla más, sin importar cuantas veces tengamos que levantarnos del suelo, siempre está ahí para volver a reir cuando dejamos de hecharle culpa de nuestras desgracias.

Gracias otra vez, y bienvenida de nuevo.