Perfil

Ya no sé siquiera como definirme, si me contratara para hacerlo, comenzaría así:

Debo ser soñador porque siempre tengo sueño
y despistao porque casi nunca distingo dónde están mis pies
un maniático porque no olvido
y aburrido porque puedo querer hasta los suelos por donde va esa sombra sin rostro ni nombre

un desesperado, porque quiero tanto que me quieran, y no sé esperarlo
Estúpido, por no saber cuando decirme basta. Horrible, por querer siempre más.
Terrible, por no creer en la bondad.

Enamorado eterno de vivir, empedernido vividor de los detalles, porque de ellos se forman los recuerdos. Musicófilo, cinéfilo, lector poco constante de libros a medias y tantas páginas por leer.
Imperfecto, incompleto; porque todo ying necesita un yang y yo yang no lo tengo; iluso porque no sé distinguir las ilusiones de la realidad, porque además no se me da la gana hacerlo. Prefiero confiar, querer confiar, a pesar de todas las probabilidades de ser timado, una y otra vez.

Motoso, mocoso, y sucio los domingos cuando no me baño si no hay quien se quiera bañar conmigo. Ateo, fariseo, vendedor de almas y traficante de malos ratos... Misterioso, por no saber qué decir y preferir estar callao. Monótono, monocromático, copión, burlón y chismoso (mejor que reir de mi mismo es reir de la desgracia de otros, por más que prediquen que aquel que aprende a reirse de uno mismo es feliz, yo no le creo) Mal humorado, porque no respondiste mi sonrisa; lunático, porque aún me encanta la luna. Histérico, menopáusico si puediera.

Tonto, por no perder la esperanza... hasta hoy, de ti. Maldito, porque no tengo santo ni seña, y peor aún, ni iglesia ni fé. Irremediablemente irreversible, terco como mula, mula como yo. Maquiavelo frustrado, cantante sin voz, saxofonista sin saxofón (o mejor, saxofón sin saxofonista es lo que tengo yo). Mar sin cielo, cielo sin estrellas, estrella sin espectador ni astrónoma que me mire; sufrido, como telenovela, callado, calculador (siempre equivocado) y latoso.

Poco sincero, conmigo, contigo, con los dos; dos de tres y ya me quito, timador, amador si me dejaras (incluso toda la noche y la mañana también). Apostador, ludópata, friki cuando conviene, salamero cuando me sonries y un encanto si me llamas.

Es sólo un borrador, estoy seguro que aún me faltaría tanto... TANGO!

1 comentario:

elena clásica dijo...

Vaya prosa, amigo, de la buena de verdad. Del sentimiento mejor no hablar, trastoca demasiado la fibra, ¡uhhh!!!