temblando

Camino cada vez más rápido sin darme cuenta, necesito caminar.
Las piernas me tiemblan, qué sé yo porqué, últimamente me siento fuera de mi; más tuyo que mio en realidad, y perdido.

Perdido entre un "no sé" y un "no tengo idea" porque para variar, no puedo ver absolutamente nada de lo que tengo en las narices, y otra vez, me lleno de vergüenza por no poder saber qué piensas, por haberme sentido tan vulnerable, por no tener la habilidad de leerte, como puedo hacerlo con otras personas, de no tener tino o peor aún, de no saber si lo tengo.

La vida ha transcurrido de manera extraña, y de muy pocas cosas puedo estar seguro; sé que no es fácil de entender, y hay hasta quienes me piden explicaciones, pero ¿qué podría responder? sé que no lo entienden, no pueden hacerlo porque no están en mi piel deseándo tu piel, no están en mis ojos viéndote reir, no están en mi estúpido corazón que palpita acelerado cada vez que quiero tomar tu mano sentado en el auto contigo y sin embargo los mismos latidos me marean a modo de vértigos paroxísticos lográndo acobardarme cada vez que decido darme el valor... "el próximo semáforo en rojo" y cuando me veo fracasando tan sencilla misión, no puedo evitar darle una pitada enorme al cigarrillo...

sólo puedo estar seguro, de aquello que diría abrazándote;
seguro que también sudo miedo
que la primavera sí puede durar un segundo, bajo un portal, justo antes de la despedida.

1 comentario:

elena clásica dijo...

Sensaciones, sentimientos, la vida misma en un pulso frenético. El deseo es más intenso que la realización de una ilusión, la espera más profunda que el momento que ha llegado.
Ese corazón palpitante y esos vértigos paroxísticos son el culmen de tu entrega, no te sientas mal, pocas veces se pueden rozar esos extremos de vida, aprovéchalos, sumérgete en esos instantes dedicados a tu amor, sin miedo, tienen que ser recibidos con toda seguridad, no dejes lugar a la duda.
Un abrazo.