Sombra y Luz (primero)

Amanece Lima nublada, el tiempo se simula estático y los elementos urbanos aparentar estar aún dormidos. Las calles fantasmagóticas se entintan en un gris azulado escondiendo, de la vista aún somnolienta, los graffitis viejos garabateados en las paredes del hospital por donde voy pasando. Además, hace frío.


Voy avanzando en el auto, y la ciudad recobra vida cuando me aproximo a sus arterias más principales; una lástima, hoy no amaneció el desierto que espero encontrar al despertar.


Si la ciudad amaneciera vacía, si pudiera escuchar otra vez el sonido que hace el tiempo al pasar, la hierba al crecer, el cielo cuando se va adentrando en la mañana... Todo sería distinto. A veces sin razón aparente, algo en mi se apaga y como si fuera un agujero negro con gravedad propia, empieza a absorverme en soledad y algo así como una tristeza infondable, inexplicable. ¿Está mal estar triste sin razón? Yo sé que no estoy enfermo, sé que mi tristeza no es patológica, no pierdo el sueño y tengo tantas ganas de hacer cambiar el mundo como cuando tenía quince años o menos; pero es como si mi alma supiera algo que yo aún estoy descubriendo y se queda ahí, en un rincón bañándose de oscuridad como los gorriones se bañan en las fuentes de agua.

Jamás he podido averiguar porqué mis ojos tienden a notar, en los contrastes, todo aquello que se opone a la luz; porqué se me hace tan sencillo recordar a tristeza y soledad en los momentos que se supone deberían ser felices... Es como si todos alrededor sonrieran y cuando esto sucede es cuando yo recuerdo todas las razones para no sonreir; y como desde pequeño me enseñaron a ser considerado, pues me aislo con excusas tan rutinarias como ir a prender un cigarro o el hecho de saberme "raro", y termino en un estacionamiento solitario mientras todos dentro disfrutan del tiempo de sobremesa.

La risa y la sonrisa son contagiosas, en ciertos instantes, presiento que tengo anticuerpos desarrollados para combatirlas. La luz llena de vida este planeta, su naturaleza; a mi siempre me ha cautivado la oscuridad y su noche... Y siempre sueño la ciudad vacía.

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