Relojes

El tiempo pasa, y su sonido repetitivo es un recuerdo de ello; no estoy seguro cómo funcione la vida, menos el amor, y hay quien dice de mí que soy un adicto al drama. No es mi intención explicar lo que siento, y menos justifarlo; sólo sé que ahí está, yo no lo puse ahí, y tampoco puedo quitarlo... sólo puedo decirdir vivirlo, y no arrepentirme nunca de lo que no dije, o de lo que no fue; pero he aprendido que tampoco puedo dejar que la tristeza me gane la partida por todos aquellos "ya no serán".

Puedo planificar mis propios caminos, y de hecho, los estoy andando; nunca he necesitado compañía, incluso de chico era de aquellos que se sentían mejor resolviendo sus cosas solo y no como ocurre en compañía de toda la patería. Nunca me sentí valiente por estar en un grupo numeroso, y nunca dejé que me asustaran los caminos oscuros y solitarios, y sólo la vida sabe que los he recorrido una y otra vez. Por eso, alguna vez fui un chico sombra.

Tiempo después, me di cuenta, tampoco soy un universo vacío; tengo mucho para dar y muchas ganas también de hacerlo; sólo que empecé a ser más selectivo de a quiénes les habría las puertas para conocerme... Muchas veces me equivoqué, y otras tantas gané amigos, recuerdos para toda la vida, pero a pesar de eso y sin importar lo que sucediera, siempre sentía una soledad que me envolvía.

He dicho (te) lo que tenía que decir, he hecho lo que nació en un segundo (como la primavera) y sentí como otra vez empezaban a tener sentido las cosas. Pero el tiempo pasa, los segundos con sus "tics" asesinos trajeron de vuelta la realidad en la que estoy parado; esta vez no caí tan profundo, esta vez me sentí fuerte, triste pero fuerte, triste sobretodo porque yo no quiero un segundo, quiero más... Pero hace tiempo acepté, que lo que uno quiere con lo que uno recibe no son siempre proporcionales; y como dice Auté, nunca tuve vocación de ganador.

Me queda decir: aquí estoy. Los relojes seguirán pasando, quién sabe por cuanto tiempo más, la vida cambia, todos cambiamos; y hasta la circunstancia más improbable sucede si le das tiempo de suceder. Aquí estoy, ya no hago un esfuerzo enorme para quedarme, pero eso es también porque no espero nada; este lugar me gusta, pero como todo en el planeta, cambia con cada reloj que no espera.

1 comentario:

elena clásica dijo...

"Pero vale la canción buena tormenta y la compañía vale soledad" dice Silvio Rodríguez. Qué bonito cuando dices: "muchas veces me equivoqué y otras tantas gané amigos", esto ya es mucho, más allá de cualquier previsión: ganar amigos. Pero más bonito aún me parece que digas: "sólo puedo decidir vivirlo, y no arrepentirme nunca de lo que no dije o de lo que no fue"... Eso es, amigo, toma a mordiscos la vida, el peor recuerdo es el de aquello que no fue, quizá una idealización ridícula, quizás el momento que le diera sentido a la vida. Así, creo yo que los errores son el propio mecanismo de la vida, el sentimiento aunque nos envuelva con púas la tranquilidad de estar vivo, y ser poeta, como tú,
es algo que va más allá de la comprensión, cuántos momentos tendrán que llenar tus palabras, es tan esencial, he aquí el papel del poeta-demiurgo, nunca exento de dolor, pero ése es tu papel amigo, si tienes un don es por algo.
Un besazo de tu amiga. Cuánto me identifico a veces con tus soledades y cuánto disfruto leyéndote.