Domingo

Es domingo, despierto en una cama desconocida.

Estoy acurrucado envuelto en mi casaca, metido bajo una frazadita marrón con todo y zapatillas. La cabeza me duele un poco, pero tengo la sonrisa de después de una noche divertida. Me he quedado dormido mientras el resto de camaradas, en la otra habitación, terminaban de beber la botella de whisky que habíamos comprado; me quedo tendido ahí un rato, escuchándo las risas del otro lado, viendo la luz del cuarto que se pinta de anaranjado con las cortinas (últimamente he visto muchas cortinas naranjas) y por alguna razón hay un gallo al otro lado de la ventana, no estoy seguro si ha sido él quien me ha despertado, o quizá el gato que anda metido debajo de la cama temeroso de mis ronquidos y de rato en rato sale para mirar quién soy.

Salgo de la habitación ajena, me siento en el comedor del departamento y ahí estan bebiendo lo último que queda del trago; todos tienen caras de amanecida y entablo una conversación divertidísima sobre mujeres y sexo, sobre solutos, osmolaridad y concentraciones en volumen (no entiendo bien porqué estoy conversando sobre eso) pero rio de todo, y me sorprende la cantidad de cigarrillos que se han fumado, pues las colillas está regadas sobre la mesa. Hay dos perros también, están dando vueltas entre nuestras piernas y las patas de la mesa, de rato en rato se tiran en el suelo y sólo se mueven cuando al cambiar la postura muevo mis pies.

Cuando el cielo está como hoy, no puedo saber la hora, parece temprano porque no hay tanta luz, parece tarde exáctamente por lo mismo.

Hace frío, mis dedos están fríos, los he colocado sobre mis párpados y al hacer un poco de presión la sensación fresca me llena de alegría, mientras enfrían mis parpados, las llemas de mis dedos se calientan un poco, como si fuera el camino para el equilibrio descubro lo bueno de las manos frías una mañana de invierno. Todo tiene de bueno algo, y algo bueno lo tiene todo. Un domingo, con media resaca, con las manos frías, después de una noche divertida, me levanto de buen humor a enfrentarme al día.

2 comentarios:

elena clásica dijo...

Es una descripción tan plástica que parece un cuadro, con perros incluidos y todo. La sensación de realidad es palpable y esa media resaca no llega a doler sólo aturde un poco, en medio de la alegría de la fiesta y de la compañía de los amigos.
Comparto tu buen humor.
Besazos.

Gurú dijo...

refresca la memoria el texto...y produce resaca la descripción de la tuya...buen domingo.