Minimalismo

Una conversación hace algunos días

Risas instantáneas envueltas como sopa de fideos

Preguntas triviales, hasta aquella... aún la sigo pensando

El diálogo errático, sin sentido, analizar suicidios; entre bromas de humor oscuro como noche de luna nueva reíamos sobre las formas, sobre los métodos y luego de detenernos en el salto al vacío del edificio más alto de la ciudad, de la sensación a ingravidez y de la desesperación que implicarían esos escasos segundos de un suelo acercándose a una velocidad vertiginosa. La idea de saltar escuchando en el reproductor de música una canción final sugirió la obvia pregunta.

¿qué última canción escucharías al momento de saltar del edificio?

Vivimos sin notar la diversidad; simplemente damos por sentado que está ahí, como muchas cosas, que siempre lo que se busca se encuentra y en general esto se cumple; pero qué pasaría si intentáramos limitar las cosas a una sola posibilidad? 

¿qué libro llevarías, uno solo, a la isla del naufrago en la cual pasarías la eternidad? 

¿qué persona eligirías recordar, si mañana fueras a perder la memoria de las demás?

¿qué color eligirías ver, si mañana despertaras con un extraño daltonismo?

¿cuál de los sentidos no soportarías perder, sabiendo que perderás los demás?

¿qué día vivirías, si sólo te dieran uno más para vivir?

Me aterra pensar en la incapacidad de no elegir, de no vivir en un mar de colores y disfrutar con todos los sentidos esos segundos en los que uno se acuerda que los tiene; de no encontrar otro libro para leer, una canción diferente para escuchar, una persona más para recordar, un día más para vivir... 

Necesito un abrazo.

Que quede claro, no creo en los suicidios. 

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