Lunes

Los lunes son esos días, irónicos como sólo ellos saben serlo, repiten orgullosos que son el principio de la semana mientras susurran a tus oídos que faltan muchos días para el viernes o el sábado, para cuando por fin tendrás un tiempo para olvidar todo y dar vueltas en la cama. Los lunes, las sábanas pesan más, las almohadas son duras y sabes que no has dormido suficiente. 


Sólo despiertas con el sonido a estática de la ducha al lloverte encima; y el agua está demasiado caliente o muy fría, el café dulcísimo o amargo y el pan es acidez que te corroe el esófago. Los lunes son fantasmas que enlentecen el tiempo, retrasan los buses o los repletan porque todo el mundo va tarde; y no ríen de ti, porque no lo hacen a propósito, simplemente son lo que son, el inicio de la incertidumbre semanal. Definitivamente, tampoco ríen contigo. 


Siempre pensé que los lunes eran así porque esa era su maldición propia, por haber hecho algo mal a algún dios del tiempo, por haber llegado tarde o por haber querido adelantarse a los demás días; por ser la soldadura del eslabón de la cadena del mes que es parte de la maquinaria del año; pero también sentí que había algo más sobre estos días, algo que yo no sabía. 

hoy descubrí que nací un lunes

Quizá esa sea la razón de la esa sensación tan instintiva; el inicio del todo, de querer permanecer metido bajo el futón de plumas, quedarme quieto postrado de lado; cerrando los ojos doblar las piernas sobre el vientre y las pantorrillas sobre las piernas; abrazar mis rodillas y esconder la cabeza. Querer sentirme seguro, no tener que empezar la semana en cuanto suene el despertador que sé sonará; desear tanto no tener recuerdos que lastiman, resetear mi memoria como si fuera un disco duro y no saber lo que he perdido o al menos no recordarlo. 


Pero el lunes llegó en cuanto terminó el domingo; y en esta realidad, uno no regresa el tiempo por más que lo desee con fuerza, los recuerdos no se borran sin contuciones cerebrales y las semanas no esperan a que estés listo para empezarlas. 


Por otro lado, me encanta haber nacido; los recuerdos felices, la oportunidad de haber conocido a mis padres y compartir esa alegría con mi hermana; de poder quererlos a todos ellos y saber que aún tengo muchas semanas (quizás) para ver a donde me conduce la vida. Me encanta haber nacido; pero sé que a veces hubiera preferido no hacerlo un lunes... martes tal vez.

Lo más triste del lunes, es despertar sabiendo que no hay quién despierte acurrucada a tu lado; no hay una sonrisa de alba, ni quien te mienta sobre el pésimo café que preparas... pensándolo bien, eso es lo más triste de todos los días. 

Soundtrack del café de hoy: The scientists - Coldplay

1 comentario:

Serena dijo...

" Lo más triste del lunes, es despertar sabiendo que no hay quién despierte acurrucada a tu lado, pensándolo bien, eso es lo más triste de todos los días."





te lo señale porque me siento identificada..
aaaah, estoy desvelada, y quiero dormir y no puedo..
esta semana toy con parciales pero para la prox q voy a tar mas libre, voy a escribir algo, si?..

besitoss, hablamos x el msn!

Yulita..*