exodo

Exodo

Partida.

no sé porqué salió esta palabra de la nada, automáticamente he tipeado eso, o mejor dicho, me he equivocado al tipear y el resultado ha sido ese.

Divertido.

Uno de mis recuerdos más antiguos, al que podría llamarle mi partida de todo esto, es cuando de pequeño solía buscar cualquier recobeco con la intención de convertirlo en mi escondite secreto; pero en aquel entonces no tenía ni la menor idea que el hecho de esconderse implica tácitamente que alguien te está buscando, por eso te escondes... a mi no me buscaba nadie, pero me gustaba sentirme aislado del mundo sólo con mis pensamientos, sentirme libre aunque estuviera en un lugar prácticamente clasutrofóbico, como lo era la parte superior de mi armario de pared.

Recuerdo que llevaba galletas y otros confites, llevaba mis objetos más preciados y mis sueños de todo aquello que sería cuando fuera grande. Tanto de eso ha ido quedando en el olvido, y debe ser por eso que estoy constantemente sientiendo que algo le debo a aquel niño que soñaba con aventuras extraordinarias; le debo tanto, a quien se atrevió soñar desde su escondite secreto que exploraba el amazonas, que se convertía en un exitoso profesional, que era inteligente y conocía muchísimas cosas que otros simplemente ignoraban.

Ahora sé que no necesito esconderme para llevar aquella privacidad, es más, la llevo a todas partes como un componente importante de mi propio yo; se ha convertido en un lugar hermético dentro de mi cabeza al cual no ha logrado acceder nadie, o si alguna vez he invitado a alguna fémina a visitarlo, simplemente ha pasado por ahí sin darse cuenta de lo importante que era para mi... De cualquier manera, mi éxodo fue siempre el claustro reflexivo y la fantasía que implica no dejar de ser niño nunca, de no dejar de soñar.

Se podría decir hasta cierto punto, que he comenzado en los anhelos, y aún así le debo mucho a ese yo que se atrevía a soñar.