dos de la mañana

son un poco más de las dos, sentado frente al monitor.

Aburrido, aburrido, aburrido.

Hoy tenía la intención de salir, al final, el poco dinero, las pocas ganas, lo poco de todo, terminaron por convencerme que era mejor quedarme. No me arrepiento, pero al mismo tiempo no tengo nada que hacer para pasar el rato

Es de madrugada cuando suelo acurrucarme en la soledad y silencio del cuarto, eso menos la bulla que de rato en rato hace un grupo de adolescentes mal formados, malcriados perdón, en la calle. Andan por ahí medio ebrios gritando estupideces, y qué se yo, no los entiendo.

Es como a esta hora que puedo darle una revisión a mi vida, una revisión en general. Y bué, ahí va.

Yo lamento mucho no ser una persona que actúe de forma convencional, en realidad no lo lamento, sino que a veces esto puede traer ciertos problemas. En otras palabras, la gente a mi alrededor debe tenerme tanta paciencia como sea posible para poder seguir considerándome en su círculo de amigos, qué le voy a hacer, pero no me llama la atención para nada esto de andar en discotecas o en otros lugares similares. Y es que si lo pienso bien, lamento ser tan mal amigo.

Uno de los grandes motivos son mis horarios, lo sé, pero es que a veces los uso de excusa. Debería ser un poco más activo, me digo, y animarme a salir un sábado por la noche a tomar unos tragos debería ser algo normal o algo que me llame la atención, pero a la hora de la hora, poco me provoca ir a un lugar donde a duras penas puedo conversar, donde sé que no voy a conocer a nadie interesante (no porque no haya personas interesantes en estos lugares, sino que en realidad no van a conocer a otras personas) estoy convencido que no conoceré a mi media naranja ahí, y que tampoco voy a hacer amigos de por vida bailando en una discoteca.

Me resulta tedioso tener que volver solo a la casa, o terminar en rumbo desconocido con una desconocida; alguna vez lo he hecho y poco o nada he sacado de esta experiencia. No me gusta gastar dienero en ese tipo de cosas, ya tengo demasiados hobbies y gustos como para gastar la cantidad que normalmente se tiene que gastar para quedar decentemente embriagado o para embriagar a alguien más.

Me siento viejo, siento que todas estas cosas han quedado atrás; todas las veces de quinceañero que esperaba el fin de semana para poder salir un rato con los amigos a tomar unos tragos y a fumar unos cuando puchos. Ahora puedo tomarme los tragos que quiera y fumar (demasiado) cada vez que me venga en gana.

Bailar? ja, cuando bailaba tango era feliz, después sí se me complicó el horario, si no seguiría yendo a las clases los martes jueves y sábados, con ese grupo tan peculiar. Me encanta bailar, vamos, a quien no le gusta? pero todo tiene un límite, pasarse cuatro o cinco horas en un ambiente claustrofóbico tampoco es mi ideal de baile.

Debo conseguirme un grupo de crítica literaria o algo por el estilo, o ir a tomar el té a la casa de alguna tía que quiera discutir la política snob, y los últimos movimientos culturales. Quizá debería aprender a jugar Bridge o Telefunken o alguna de esas cosas, hacer amistad con un empresario jubilado e ir a aprender sobre la bolsa de valores.

Se va haciendo tiempo de replantear muchas cosas en mi vida.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Frente al aburrimiento es una buena opción la de sentarte ante la computadora y lanzar tus palabras al mundo...

Isabel

Kari dijo...

"son un poco más de las dos, sentado frente al monitor.

Aburrido, aburrido, aburrido."

Suficiente para hacer click y ver tu blog... y es porke tambien eran las 2: 40am y estaba igual de aburrida aburrida aburrida...

Luego q te he leido, he podido intentificarme con todo lo q has escrito, no se cuantos años tengas, yo tengo 24... sera eso suficiente para ya sentirme vieja, apartada de la vida social q me tiene encerrada o a decir verdad, por voluntad propia, en las 4 paredes de mi habitacion...

No lo se, en lo unico en q no estoy de acuerdo contigo es a q te vayas a una casa de alguna tia a tomar el te! y menos hacer amistad con un empresario jubilado...

por lo demas, es como si describieras mi vida!

saludos!!

Anónimo dijo...

¿Por qué no, Kari? Uno puede aprender mucho de las personas mayores.

Isabel

Kari dijo...

si claro, se aprende mucho de una persona mayor...

pero pienso (ahaha yo pienso) q no es la mejor manera de divertirse...

Bueeeeno, yo q puedo hablar de diversion o entretenimiento si a esta edad me sigo aburriendo con las cosas q muchos jovenes hacen a mi edad...

pucha! creo q seguire metida en las 4 paredes de mi habitacion y frente a la computadora U.U

Juan Vera Arriola dijo...

Estimado Sebastian: Algún día analizaremos con calma los orígenes de nuestra incapacidad para la vida social.... Particularmente me gustaría determinar ka éopca exacta en que comienzo a sentirme incómodo entre mis semejantes, a sufrir sus presencia como una agresión, a buscar la soledad y el silencio....la capacidad para la vida social, en una sociedad enferma e ignorante, regiría en todo caso para los seres humanos aburridos y patéticamente desprovistos de vida interior que se reunen horas de horas para mitigar su tedio.... en mi caso me es imposible soportar a un ser humano por más de 3 horas seguidas, no espaciadas (me refiero a una persona de la cual no tengo nada que aprender). Si me paso de ese límite, pierdo la lucidez, me embrutezco (mucho mas, claro). Las ideas se me ofuzcan y al final me irrito. No es bueno para mi salud.....En esto estoy de acuerdo con Santiago Ramón y CAjal: "en cuanto a mi prefiero mil veces la sordera a la ceguera. Aquella me aleja del animal humano, a menudo insiportable, cuando no insidioso y hostil".....SAludos

Sebastian dijo...

Estimado Juan:
creo que podríamos tomarnos muchas horas en intentar decifrar el porqué de la soledad, pero no creo que logremos llegar a una conclusión sobre algo que termina siendo tan innato en nuestras personas.

Pero de todas maneras disfrutaría bastante el simple hecho de intentarlo. Un abrazo