La soledad de mis libros

Hace algún tiempo son los libros la única compáñía en los cafés, en el pequeño espacio entre sentarse en las butacas y el comienzo de la película; reemplazando conversaciones en los buses y contando las horas que pasan.

Sin importar cuanto lea, aún hay una lista enorme de espera, y libros amontonados en las repisas esperando su turno. Buenas recomendaciones, y portadas extrañas adornan mi cuarto a modo de fotografías de aquellos que extraño.

Hace un tiempo, he encontrado donde encontrarme, donde perderme y jugar a ser invisible; quizá porque en el fondo, aún no sé exactamente cómo existir así incompleto como me siento, me siento solo en las bancas a leer; y la soledad de mis libros me acompaña siempre en la mochila.

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