Desollando recuerdos

Tras colgar el celular hice una pausa para ordenar todas las frases dichas y escuchadas, mientras me tiraba a la cama abrasando la almohada tan fuerte que las puntas de las plumas encontraban salida de la funda, e hincaban mis brazos, detalle al que no preste atención gracias a las palabras que dijo en ese momento que crearon un armazón del mundo de lo onírico protegiendo en su totalidad todo lo externo, pero dejando totalmente expuesto eso que tengo en el pecho.

-Olvida lo que paso ayer.
- ¿ha? Esta bien no te preocupes. Supongo que es lo mejor.

Dicho de su boca, me pareció que fue una decisión muy fácil que solo me toco aceptar de buena manera. Justo en el instante en que decido dejarlo todo y volver a soñar y enredarme en esa danza que es “amor” solo me quedo refugiarme en la música y torturarme de la forma más “planetaria” posible.

Después de escuchar 4 canciones “planetarias”, lancé la almohada por los aires, mandando a la mierda “la química” ingrediente que no todos somos capaces de compartir o que quizás se coló en mi vida de manera equivocada, una burda jugarreta del destino que la trajo a mis orillas, una botella que fue recibida por el remitente equivocado.



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