extraña

Sigo esperándote, aunque a esta altura sé que lo más probable es que jamás vuelva a saber de ti. No te preocupes, no te culpo. Tampoco es que haya guardado demasiadas esperanzas en este intento, y me qudará siempre la alegría de saber lo que hice. Por lo menos, no negarás que tienes una anecdota más que contar.

Para ser justos, hoy te ví otra vez, lucías algo diferente quizás porque estabas acompañada; tenías una mirada diferente a la del otro día, al menos eso me pareció aunque en realidad no le presté tanta atención como aquella vez. En lugar de eso continué con mis cosas, y qué se yo, te marchaste en un momento mientras yo me preguntaba si llegaste a usar el lapicero que te di, si lo usarás algún día.

Entre lo extraño de las coincidencias y lo ridículo que me siento en este preciso instante, te seguiré esperando un poco más... Como se esperan las cosas sin certeza, como cuando se ha perdido la guerra y sólo falta la rendición en la radio del general pero todo el mundo ya lo sabe, y brindaré por ti, brindaré contigo, estrella de mi locura.

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