Un sitio vacío

Su asiento vacío,
no está ahí como otros días,
no bebe café con esos labios incomprensibles
ni su pelo dibuja onditas sobre su polo
No está, la extraño pero extrañarla no hará que venga hoy

Nadie escribe en este lugar
se siente el aire ligero de domingo a finales del verano
llega la brisa, la noche
pero ella no aparece;
ni prende cigarrillos con sus dedos delgados
y sus ojos serios no incendian los papeles amarillos de un bloc secreto

Sólo queda la basta extensión de esta barra
las luces que refleja, los reflejos que acompañan
la extraña sensación de haberla perdido en un mar de gente
de no volver a coincidir alguna otra vez
de no conocer nunca su sonrisa en persona.

Qué fácil resulta colgar los sueños en otra persona

1 comentario:

elena clásica dijo...

Pero que difícil y qué doloroso vivir en esa extraña sensación de haber perdido a alguien entre la gente, el deseo de verla, y que el deseo no aporte nada.
Sí, es desgarrador, y los sueños colgados de otra persona.

Terrible y bello poema.
Besazos.