mis infiernos

Me gustaría llegar a casa justo cuando va atardeciendo y tumbarme en cama hasta
entrar en un sueño tan profundo que asemeje un estado de criogenia
llenar de vacío absoluto todo pensamiento y fugarme tan lejos,
como quien visita los círculos del infierno,
encontrar si fuera posible a Beatriz en un cielo que sólo puedo imaginar ageno,
y tener mi propio Virgilio poeta guiándome por los abismos del pecado.

proyectarme astralmente en universos paralelos
encontrar el limbo, el camino a la iluminación, mi Shambala, mi Tártaro
y regresar sólo cuando haya amanecido,
pues son las madrugadas las que me llevan a ti
y son éstas mi maldición personal en la que te extraño hasta que duele, mi purgatorio.

Cambio un reinado, por un mundo en el que la madrugada dure menos
donde no exista el insomnio, ni el café,
o mejor, cualquier lugar del planeta, o fuera de el, donde no exista esto de hecharte de menos.
cualquier lugar donde amanezca más temprano y la noche no llegue tan rápido acribillándome a recuerdos.

mi infierno personal, recordar tantos detalles.

1 comentario:

elena clásica dijo...

Maldita sea esa memoria y esas noches tan largas.
Ojalá los sueños te permitan llegar a esa Infierno de círculos concéntricos, y con tu particular Virgilio vislumbres el rostro de Beatriz, y en ese momento, todos esos detalles sean arrastrados al olvido para siempre.

Qué precioso poema, Sebatián, aunque grite de dolor, me recordó a los simbolistas franceses.

Un abrazo, querido amigo.