04:22

Se ha pasado la borrachera, no hay resaca, no hay cansancio... simplemente, vacío.

últimamente me encuentro encendiendo el ordenador cada vez que me levanto, es algo así como una rutina despertar y revisar "mi otra vida" leer correos, buscar información que se ha ido acumulando en el disco duro, leer idioteces, releer entradas pasadas y preguntarme qué fue de aquella vida; escribir, porque he seguido escribiendo a pesar de tantas cosas y eso también se me ha hecho una costumbre.

De alguna manera siempre me ha resultado más sencillo cuando los sentimientos están a flor de piel, cuando soy feliz o cuando sufro; podría incluso decier que ésto ha terminado siendo un manifiesto de existencia, algo que certifique, que le de la potestad a mi pasado de gritar "existo"... pero no, por otro lado, todo lo pasado ha dejado de existir y se me hace cada vez más complicado comprenderme líneas atrás, entradas atrás, de un tiempo a esta parte.

Pero así soy, una persona de rutina, una persona que enciende el ordenador al despertar. Quizá como en algún momento me dijeron "de olvidar fácil" y la verdad es que nunca me he sentido como tal, pero si la realidad te empuja hacia un lado, pues caminas y listo; si la vida se deja, yo le meto mano, como diría el buen Joaquinito.

Y así he perdido mi rutina, mi dulce rutina, de escribirle a alguien; entradas sin nombre conocido, musas pasajeras que te dejan sólo la estela de perfume. Besos, que se van y regresan. Querencia con anarquía, amor extraño para quien quiera venir a tomarlo. Porque las personas tienen la capacidad de ofrecer tanto, de brindar tanto calor, corporal y humano, que termina siendo un desperdicio no ofrecerlo. Cariño sin fronteras, difuminado como acuarela en agua, como sol en playa de verano.

No hay comentarios: