Un domingo no tan cualquiera

Vaya… otro domingo. Al igual que el pasado, pero con un toque diferente. ¿Será optimismo? ¿Serán falsas esperanzas? ¿Serán verdaderas? Uno se entera normalmente cuando es demasiado tarde. Sin embargo, da lo mismo ya que importa un comino qué esperanzas tienes, ya que igual ser verán destruidas o aceptadas.

El cigarrillo se prende, estos momentos de meditación son muy agradables. La primera pitada, ¡qué rico! Es ahí que uno empieza a pensar, usar la lógica para cuestiones en las que esta no se aplica. Probablemente sea que uno quiere darle razón a algo que no puede comprender. Tal vez es que uno quiere encontrarle un patrón para así poder predecir lo que ocurrirá. O simplemente no tiene algo mejor que hacer un domingo solitario solo en casa.

El cigarrillo se va consumiendo con cada pitada que se le da. Los pensamientos esta semana son confusos. ¿Estará mandando mensajes? ¿Será que ella simplemente es así? ¿Será posible? ¿O será que me estoy engañando? Ya lo dije, uno se entera demasiado tarde. La mente se calma con este último pensamiento, se ve tranquila, apaciguada, aplacada, ya que si uno igual se entera después, para tal caso, ¿por qué no continuar y ver qué pasa? Las repercusiones… maldita sea, uno siempre tiene que tomar en cuenta las repercusiones. ¿Cómo será después? ¿Funcionará? ¿y si no, qué pasa si no funciona? Esta pregunta es la peor que uno se puede hacer. Empieza a pensar en lo peor, empieza a pensar que nunca podrá ocurrir. Ya bastantes cojones requiere uno para intentarlo la primera vez y cuando no funciona, lo siento pero, esos cojones ya no existen a menos que uno tenga la confianza y autoestima bien alta. Ahí nomás todo se fue al tacho. Todo se fue, se esfumó. ¿Dónde están esas esperanzas? Tiradas por ahí. ¿Dónde está ese optimismo? Creo que lo dejé en el jardín. ¿Y tu autoestima y confianza? Lo siento, pero no sé de qué me está hablando. Caso perdido…

Un par de pitadas más y dejará de existir. Uno deja que la nicotina recorra las venas y lo tranquilice. Igual todo es posible, ¿no? Sí. Lo es. De todas maneras. Solamente depende de cómo manejes las cosas. Si las manejas bien, excelente, todo puede pasar. Las manejas mal… ciao. Entonces, la pregunta que uno debe hacerse es, ¿cómo las manejas? Eso depende de si uno conoce el tema, mientras más a fondo, mejor. Si uno no tiene la menor idea, bueno, termina siendo igual que en póquer, o te lanzas, o no, dependiendo de qué cartas tienes en la mano. Conocer bien el tema es como tener un flush, mientras que no conocerlo es tener un par, tal vez dos pares. Ahí a ver que el otro no tenga algo mejor que tú. Tienes que ver cuanto quieres apostar, ¿hay mucho que perder? Si lo hay, más vale que tengas algo bueno o que sepas bluffear y sepas hacerlo bien. Si te estás lanzando con un par y no sabes engañar al otro, estás frito a menos que tenga nada, y para eso hay que rezar. A veces uno simplemente tiene que irse antes de perder demasiado. ¿Y si tienes todas las de ganar? Bueno, ¡lánzate! ¿Qué cuernos estás esperando?

El cigarrillo se termina de consumir. Mañana será otro día. A ver qué pasa cuando la invite a tomar un café. A ver si mi mano es tan buena como la suya, o mejor. Si no, a rezar que tenga más oportunidades para recuperar lo que perdí.

No hay comentarios: