Otro Domingo más

Un domingo más contemplando las infinitas respuestas de una ecuación que es tan simple y tan complicada al mismo tiempo. Cada respuesta lleva a más de una nueva pregunta, y cada pregunta a más de una respuesta y así sigue el círculo vicioso expansivo de la vida, tanto así que las probabilidades de cómo uno la maneja se vuelven verdaderamente interminables.

Un puchito sobre el cenicero, quemándose, no le queda otra mas que apagarse, y ni él puede hacer eso por su propia cuenta, es una marioneta del destino la cual es puesta por el fumador. ¿Cuándo apagarlo? ¿Cuándo prenderlo? ¿Cuándo tomar una pitada? No tiene control alguno sobre su sino, sobre su nacimiento o muerte, ¡qué vida más triste! Qué bien que nosotros no estamos puestos de tal forma, ¿o sí? Podría decirse que nosotros escogemos nuestros destinos, nosotros podemos decidir cuándo, cómo, qué, dónde hacer tal cosa u otra, sin embargo también entra a la ecuación el qué nos hace decidir tal cosa u otra. La bioquímica y la disposición de los miles de millones de nervios en nuestro cerebro dan infinitas posibilidades, la cantidad de serotonina, GABA, noradrenalina, etc. Si un nervio se conecta a este o el otro, todo eso, múltiples conexiones entre todos hacen que uno asuma que cualquiera de las conexiones puede darse, sin embargo, ¿por qué fibra se transmite cada impulso? ¿Eso lo escoge uno? ¿O nuestras experiencias pasadas deciden por nosotros? Ya que cada una de nuestras experiencias y vivencias influye en nuestra respuesta a diferentes situaciones, tanto así, que podemos ser predecibles para otras personas, aunque nosotros pensemos que nadie pueda saber de antemano lo que estamos pensando.

Una pitadita, ¿ven? Uno decide cuando dar una. Sin embargo, ¿qué hace que uno decida dar una? ¿Nuestras experiencias serán suficientes? Digo esto porque la semana pasada comenté que la iba a invitar a tomar un café, pero esto no se dio. ¿Por qué no se dio? Varios factores, variables, las cuales nos hacen pensar que nosotros de verdad no tenemos control sobre nuestros destinos, ya que nosotros no somos los únicos en este mundo, siempre hay otros que pueden ayudarnos o hacernos la vida más difícil. Yo, mis amigos, algunos ayudan, otros no, cosas que suceden supuestamente imprevistas. Salgo a comer con ellos, podía no comer demasiado, sin embargo, el hecho del precio hace pensar que uno debería consumir lo que ha pagado, pero para otros no, el dinero podría importar menos o más, uno podría terminar completamente cansado y con sueño o activo, con energía para continuar. El hecho de pasar más tiempo con ellos, en una casa o afuera hace que tenga menos tiempo para invitarla y salir con ella. Ella, puede que esté estudiando, haya salido con sus amigas, la familia, hace todo un poco más difícil. También puede ser que ayuden, amigos también dan consejos, averiguan, te dicen que es lo mejor para hacer en ciertos casos. A todo esto, se escapa la parte más importante, que soy YO el que tiene que invitarla, soy YO el que tiene que dar el siguiente paso. Sin embargo, a todo esto, siempre puedo decir que no, que me voy a mi casa, que estoy cansado, y la llamo y la invito a salir. Las experiencias dictan si voy a hacer eso o no, ¿o será una decisión mía respecto a cómo hacer mi propio destino?

Otra pitada. Sigo pensando, contemplando las infinitas posibilidades, cuál de ellas escoger y cómo se desenvolverán las acciones siguientes respecto a mi decisión. ¿Me dirá que sí? ¿Que no? ¿Estará ocupada? ¿Estará libre? Si está ocupada, ¿hará tiempo para mi? Si está libre, ¿dirá que mejor no para no exponerse? ¿Lograré convencerla si dice que no? ¿Cómo me irá si dice que sí? De verdad, las posibilidades son infinitas, sólo hay una forma de averiguarlo.

Se termina el cigarrillo, no tenía opción el pobre, su vida ya terminó, su propósito se llevó a cabo, ya no le queda razón de ser. Esperemos que mis posibilidades no terminen como él, apagadas en un fondo blanco y negro de cenizas, quemados a más no poder, sin vida, una luz que desaparece lentamente con el tiempo hasta que termina descansando en paz en el cenicero que son mis arrepentimientos. Bueno, mañana será lunes otra vez, este ciclo de preguntas y respuestas continuará, lo bueno es que siempre existe la gran respuesta: “sí” o “no” que elimina y destierra todas las otras respuestas, espero que llegue temprano, espero que sea favorable, espero estar seguro de qué cuernos es lo que estoy haciendo, pero sobre todo, espero ser feliz con la respuesta que me de, sea cual sea.

No hay comentarios: