Mal dia - parte I

El bus en el que viajo se dirige al centro, hay tráfico, Lima es una ciudad-ser enorme en constante transformación y las máquinas amarillas a modo de parásitos están carcomiendo sus venas de asfalto por todas partes, la ciudad hará que vuelvan a crecer y otra vez volverán a ser comidas.


Estas calles me dan miedo, a pesar de eso, tienen una misteriosa tonada en ellas que me atrae inevitablemente; sus historias, su violencia y sin embargo su creatividad y sus risas. Imagino, porque no soy lo suficientemente inconsciente de bajarme aquí y exponerme a ser asaltado en la siguiente esquina; cobarde quizá, cauteloso siempre… Estúpido mejor pasar, o sólo cuando me paso de copas.


Hoy recién hago conciencia que la ciudad ha vestido otra vez de morado, que es octubre y que mi cumpleaños se acerca (pero de esa depresión hablaré ese día) que éstos son los días en que la gente se acuerda del señor de los milagros y ni aún así se da el milagro que el señor se acuerde de nosotros. Hoy soy pesimista ¿y qué? Estoy teniendo un día de esos en los que Aute mandaría a todos a hacer puñetas, sólo que a diferencia de él, yo no tengo un imán de mujer desnuda en la cama que me diga “Amor mío, ven, ven, ven…” Yo si mando a hacer puñetas al mismo Luis Eduardo si me lo llego a cruzar en algún cruce peatonal.


En fin, voy en el autobús pensando en que la batería del mp3 se me acaba en cualquier momento, y así se me completa la ecuación ésta de mierda en la que la migraña que me asalta cada vez que piso el centro de Lima no podía disculparme ni hoy. –Se me va a acabar la batería- Me digo- Este bicho tecnológico debería tener un “bip” automático que me recuerde cargarlo por las noches… Así no me daría cuenta a mitad del camino que no tengo suficiente batería para pasar el día, y con lo que odio la música de los micros, voy a terminar con la cabeza latiéndome como un corazón enfermo.


Piso la calle con fuerza y continúo el camino; prendo un cigarro y lo fumo con gusto, a propósito. Otro clavo más para el ataúd, pues yo a que estoy haciendo uno resistente. Aunque lo más probable es que termine siendo atropellado por una de estas combis asesinas, el día en que me funcione bien el apartatito este y no se le acabe la batería, y esté escuchando música al cruzar la calle, aquí donde los conductores prefieren reventar la bocina antes que respetar los semáforos, seguro que así me terminan reventando.


Cada vez el tráfico está peor, en esta ciudad el alcalde no tienen ni la más mínima idea de la situación vial, huecos por todas partes y abre más sin haber cerrado los primeros, tiene un complejo de termita y al final nos hace padecer a todos un tráfico de camino al infierno (porque ése, debe estar repleto y con largas líneas de espera; me pregunto cómo le hace Satán con eso de la sobrepoblación… ¿es que también tienen problemas de calentamiento?); estoy seguro que el alcalde era de esas personas que cruza la calle por donde se le antoja. Por lo menos “roba poco” ¡Diablos! ¿ Qué clase de país somos que añoramos que nuestros políticos “roben poco”? Yo preferiría uno que no robe, pero no, aquí el dicho popular predica “más vale ladrón conocido, que ladrón por conocer” Por eso la política me pone de arcada. Hace algún tiempo un congresista juramentó diciendo “Por Dios y por la plata” Y sí, fue sincero, ¿pero a mi de qué me sirve su sinceridad? Cada vez me parece que todo esto es un circo, no sé si realmente está peor o es porque yo me doy más cuenta de todo, por eso no me sorprende que termináramos eligiendo “el menos peor” en las elecciones pasadas… Mejor no seguirle a la política, me pone de peor humor y eso que andar sin carga en el mp3 ya me parece bastante.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Bravo por el mp3,casi sin batería, que hace que escribas así!

elena clásica dijo...

Y es que cuando vienen mal dadas, uno o una se acuerda hasta de la política, y de lo absurdo que es el mundo, ¿no?
Y además cuando piensas en esas cancioncitas maravillosas donde el susodicho te espera con voz susurrante ya es el colmo, ¡qué verdades desgranas!
Pues por lo menos tendremos el recurso del pataleo, ¡claro que sí!!