camino al infierno

Dicen por ahí que el camino al infierno está hecho de buenas intenciones, y yo puedo recordar más de muchas veces que mis buenas intenciones no obtienen más que resultados catastróficos; quizá por eso pueda entender que la intención no es siempre lo único que cuenta.

pero eso también me lleva a pensar, que si fuera lo suficientemente prudente para darme el tiempo de ver las intenciones detrás de las acciones de las demás personas, tal vez, podría valorar más y renegar menos.

días como hoy mi corazón se siente como un barquito en la mar turbulenta, tortuosa, siniestra. Me aferro fuerte a las cuerdas y guardo las velas, esperando sin saber por cuanto tiempo, a que la tormenta se calme. Esperando que la madera no se raje y que las filtraciones de agua salada puedan ser controladas, que hayamos puesto suficiente resina en las grietas. Días como hoy, la oscuridad me abraza y salir adelante defendiendo lo que siento, lo que creo, es difícil... Tengo miedo, como viejo pirata, conociendo su nave, la tripulación y los mares, aún tengo miedo.

1 comentario:

elena clásica dijo...

Aférrate bien a algún asidero, bien fuerte, aunque el trago sea amargo, llegarás a tierra. El miedo no se puede negar, pero igualmente llegarás a tierra firme con el corazón tiritando y tu barca deshecha por las embestidas del mar.
Llegarás a tierra y la vida continuará con momentos asombrosos de alegría.
Llegarás a esa tierra firme porque en esa firmeza te necesitamos muchos, si no, nos veríamos naufrando en un mar agitado y sin salvavidas.
La oscuridad se irá iluminando, ya lo verás.
Un beso, amigo, y mucha fuerza para ti.