Las tardes de primavera

Una apacible tarde de primavera voy caminando por la calle, mirando las plantas florecer en todo su esplendor. Ella está a mi costado, de la mano vamos paseando las calles de mi amada Lima, sólo mirándonos a los ojos, sonriendo. Caminamos por avenidas, calles, pasajes y parques, nos detenemos en una banca y nos sentamos, conversamos sobre estupideces y nos hacemos reír el uno al otro, el buen humor reina mientras nos abrazamos y compartimos una casaca por el viento inclemente, nos mantenemos calientes mientras echa su cabeza sobre mi hombro.

El viento se calma, decidimos seguir caminando. Paramos en un restaurante y comemos algo pequeño, seguimos hablando, dando nuestras opiniones sobre diferentes cosas. Una vez terminado, nos vamos hacia su casa. Se hace de noche bastante rápido, especialmente cuando pasa el tiempo con la persona que quiere.

No conversamos, no platicamos, solamente caminamos abrazados hasta su casa. Toca el timbre y le abren, me dice adios, y yo respondo igualmente, un abrazo, un beso, y entra a su casa.

Cierra la puerta y mis ojos se abren, la almohada empapada con lágrimas que caen durante el sueño. Lágrimas de felicidad o tristeza, difícil de definir. ¿Podrá ser cierto? Eso espero, por ahora es un sueño al que me cuelgo vehemente y trato de hacer realidad.

Paciencia y buen humor, que el tiempo arregla todo...
paciencia y buen humor, que es lo único que tengo...

Paciencia y buen humor...

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