Pieces of me

Pasar por aquellos lugares donde nos quisimos es como deslizar una gillette sobre una herida que aún está formando costra. De repente te encuentras en una calle, y es demasiado tarde para intentar evitarla; porque en lo más profundo ya empezaste a recordar aquello que usualmente intentas dejar en el olvido.

Ayer caminé por Surco otra vez… a modo de dejavu me encontré frente a aquel café donde por primera vez la veía hablar de la vida, y entonces, un poco de nostalgia, un poco de alegría y un ying yang de emociones que parecieron encontrarse por primera vez fueron llenando el aire que respiraba; felizmente, siempre que sucede eso puedo apurar un cigarro encendido hacia mi boca e imaginar que el humo tóxico que éste emana puede llenar el vacío que siento en el pecho… nunca funciona, pero al menos sabes que en lugar de nada tienes nicotina dentro.

Una primera bocanada de cáncer, luego, una sarta de repeticiones (en caso que no estés destruyendo tus pulmones de forma adecuada) entonces, es más fácil rascarte la nuca, levantar una ceja y mirando al suelo con una sonrisa de medio lao decirte: “ya fue”

El cigarro a medio terminar cayó finalmente, lo pisé como quién se toma la revancha por tanto daño hecho, y continué mi lenta caminata, buscando entre la vereda y la pista para ver si lograba encontrar un pedazo de mi que por casualidad haya terminado en alguna de esas calles… See ya!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

no pases mas por esas calles

Sebastian dijo...

eso intento... a veces no se puede evitar, simplemente eso.