La Barbie busca vengar el desamor en el pesebre

Armando el nacimiento en estas épocas navideñas (donde los privilegiados comerciantes, ladrones y creyentes, están buscando la manera de aprovechar el acontecimiento para hacer de las suyas), acomodando cada elemento del pequeño paisaje, me brotaron tantas ideas como tantos animales sin dueño, que viajan en busca no sé de qué a la morada de una madre gestante que se encuentra en un establo. No me imagino que estos invitados sin parte, ni previa invitación hayan decidido por propia voluntad viajar desde tan lejos para asegurase del nacimiento de Jesús, lo que están buscando es la morada que no tienen, no quieren pasar frío, ni mucho menos hambre y alguien les pasó la voz que el dueño de una caballeriza deja pasar gratis con alegatos de lástima, así como José y María que aduciendo ser los padres del salvador se ganaron el derecho de una noche gratis.

Es realmente la navidad la espera del salvador (para los creyentes), la oportunidad de ganar más dinero (para los comerciantes), de encontrar a los despistados que son presa fácil (para los ladrones), o la oportunidad de tener a la familia unida?... ese es mi caso. No vivo con mis padres, y eso es mejor para ellos. Cuando culmino el ciclo en la universidad y la festividad apremia, mi madre me da una llamada y usando sus famosas estrategias subliminales de buena matriarca me anima para viajar. Soy uno de ellos que cae en la famosa reunión familiar. Mi madre trata de unir a la familia por un día, espero que ese sea su propósito, porque sino he vivido engañado por veintidós años y lo único que quería mi madre era demostrar su buena sazón o darse el gusto de ver a todos los invitados en la casa, hasta a los animales que no tienen donde pasarla y no lo digo por los que están en el nacimiento de la sala, sino por los de dos patas, esos de los que llegan y se sientan en la mesa a comer.

No crean que sea una crítica a la navidad, ni crean que soy un apático para la festividad. Participo de ella, pero lo que no me gusta es compartir la mesa con tíos que nunca se comportaron como tales deseándote feliz navidad, con tías que te cobran el macetero que le rompiste hace diez años (lo peor de todo el culpable no fui yo, fue su hijo), con primos borrachos que te hablan de moral, con amigos que te hablan de compartir cuando no te prestaban sus juguetes, con primas que te hablan de madurez cuando no saben lo que es recibir un sueldo. De hecho que hablo de la lacra familiar y tal vez me incluya, pero soy honesto y me quedo callado y no deseo nada a nadie si no quiero hacerlo, es por ello que no sé si la navidad es una actividad donde la inercia sea el alma de todos y actúen guiados por ella.

En la navidad las personas se muevan sin saber la causa de sus gastos, los niños pidan regalos sin merecerlo, los padres se afanen por quedar bien, las calles ruidosas estén alborotadas por ciegos que tratan de encontrar la luz, los más necesitados duermen con frío, los que pueden festejar, empachados y saciados de festividad amanecen como cualquier otro día y donde yo la pase renegando con la tía que me cobró y que la conciencia de mi primo que rompió el macetero lo perdone por ser navidad.

Hay tantas actitudes porque meditar que tal vez si dejara a la barbie en el pesebre y respetando la edad de Jesús que es de dos mil siete años (creo que ya sabe de lo que hablo), tal vez por la inercia, tengamos al salvador de los hombres, festejando su nacimiento de la manera más mundana y placentera(con whisky y tabaco)salvando el desamor de una barbie que fue abandonada por un tal ken, que salió de la casa con el pretexto de comprarle un regalo por navidad y nunca más regresó… y tal vez toque la puerta de la casa y termine la noche buena, sentado en la mesa de mi sala probando la sazón de mi madre y viendo con asombro el nacimiento de mi casa.

2 comentarios:

Fibo dijo...

NICE Blog :)

migue sic dijo...

... a veces la verdadera navidad no es lo que todos creen, pero tampoco es lo que todos quieren que sea ...