ya va, que va,
bah...

mira que llegar al cuarto de siglo no se hace todos los días.

si lo pienso bien, esta fecha no termina de gustarme por alguna razón desconocida,
igual... quizá haya logrado aprender a disfrutarla no por mi, sino por otros...

intento reinventarme, redescubrirme... el proceso es largo, es tedioso, necesito horas de anestesia total, de sevofluorano para una mente sin descanzo. Necesito lejanía, paz.

quizá algo de sertralina.

1 comentario:

elena clásica dijo...

¡Felicidades, niño mío! ¡Mi médico poeta! Somos los demás los que te necesitamos a ti, en la lejanía de tus dolores, en tu sufrir palpitante, en tu belleza interior, en tu corazón lleno de vida que estalla en plenitud.

Qué alegría me produce a mí el cuarto de siglo de una persona tan especial. A ti no te gustan las celebraciones, ni las alharacas, lo sé, y lo comparto de hecho, ¡pero cuánta luz proclamas desde la sombra en la que te cobijas! Cuánto amor derramas.

Ya lo sabes, el extraño devenir de las almas luminosas que atraen a las tinieblas.

Tú no necesitas reinventarte, tú ya eres, y en ese proceso nos has envuelto a muchos, pues tu aura viaja radiante en el espacio y en el tiempo.

Déjate de anestesias, y haznos convulsionar una vez más con tus escritos y con tu luz.

Irradianos, mi querido Sebastián.

Te envío un gran abrazo, ya lo sabes que te sigo necesitando y no te olvido nunca.