tiempo arena

No sé porqué regreso a lo mismo, te quiero, te extraño.
Lamentablemente no he podido sacarme esto de encima.

Quizá responda tantas preguntas,
quizá digo lo que tengo que decir, porque todo me va tan mal
y sin embargo sé lo que dirías,
dirías lo mismo
terminarías por destrozarme otra vez,
y a pesar de todo esto aquí estoy,
maldito,
como si algo creciera dentro de mi más allá de la realidad
de todo aquello que puedo decir real.

Qué importa ya, nada
no sé a dónde se encaminan nuestros pasos
y por más que sería tan feliz de saberlos juntos
no tengo más razón para seguir,
si es que alguna vez la hubo...
pero sigo aquí, maldita sea
tiempo arena.

2 comentarios:

elena clásica dijo...

Ah, mi querido Sebastián, que paz me produce volver y reencontrarte, y qué dolor siempre tus palabras, el que compartimos en nuestro espíritu, ya lo sabes, nos tocó ser así dolientes, melancólicos.

Me he acordado de ti a través de la hermosa historia de García Márquez "El amor en los tiempos del cólera", cuando Florentino Ariza sabe del matrimonio de su amada Fermina Daza con el doctor Juvenal,
la madre de Ariza le dice "sufre, hijo, sufre, no siempre encontrarás la suerte de poder sufrir de esta manera, sufre mucho".
En fin, estas palabras me calaron hondo y quería compartirlas contigo, por lo menos podremos reírnos de nosotros mismos, ¿qué te parece?

Bueno, me he dedicado durante un tiempo prolongado a una intensa indolencia, te echaba de menos.
Te envío, mi querido amigo, un gran abrazo.

Sebastian dijo...

Que alegría de encontrarte querida Elena! Te he extrañado por aquí, tus palabras siempre logran moverme el mundo. Tienes razón, la verdad es que podemos reírnos tanto de nosotros mismos; a veces pienso que todo esto es como una telenvela, de dejar aquí solo aquellos sufrimientos, y quizá se interprete como que todo el tiempo vamos así, dolidos, caminando por la vida con una cojera infinita. Lo cierto también es que sé que también disfrutamos tanto los buenos momentos. Un beso enorme mi querida amiga.