Esta ciudad no está hecha para construir sueños

quizá sea por eso que me gusta vivir aquí

porque así puedo sentirme... revolucionario.



Las calles grices están cada vez más repletas de gente que no respeta a la gente

de hombres que no aman a las mujeres

y de mujeres que han aprendido a no creer en el amor de los hombres.



Esta ciudad es un laberinto de caminos entrecruzados que llevan a ninguna parte

al mismo tiempo, llevan hacia cada rincón de la gamma enorme que compone la humanidad

sus más oscuros rincones y su iluminación que de cuando en cuando nos hace recordar que vale la pena vivir

2 comentarios:

Daness dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Daness dijo...

Caray Sebastian, esta parte me destrozo el cerebro "y de mujeres que han aprendido a no creer en el amor de los hombres..."