Y que soy yo sin un tú:
solo una mirada al espacio…
Una búsqueda del cuerpo desterrado.
La imagen en tus memorias,
del imborrable deseo que perdura
aún después del adiós.
Palpitaras todas las noches,
¡Ángel mío!
Aún no tire todo por la borda.
Recordaras mis letras en tus pupilas.
Mi saliva grabada en tus labios
será mi respuesta
hasta el día en que sientas mi perfume
en tu almohada.
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