que imposible que tu perfume llegue hasta aquí
que increible que sean ya dos veces las que te he encontrado en este paradero
así casi vale la pena levantarme tan temprano para verte ahí, paradita, muriéndote de frío.

que cobarde que no me haya dado el valor de acercarme aún cuando tus ojos me llamaron
que irresponsable de tí, salir así con ese aroma, cuando podrías cruzarte en mi camino
casi vale la pena enamorarse de tus hombros que escapan a tu vestido

1 comentario:

elena clásica dijo...

¡Qiué bonito! Qué lírico te has puesto, amigo: "que irresponsable de ti, salir así con ese aroma, cuando podrías cruzate en mi camino", me encantó.
La dura tarea de madrugar se convierte en la dulzura de verla encogida por el frío pero embellecida.

Y esa frase final me arrebató: "casi vale la pena enamorarse de tus hombros que escapan de tu vestido", ay, qué bien me vino un poco de primavera poética con estos fríos por Madrid, un poco de luz...

Muy lindo. Besazos, querido Sebastián, espero que vayan bien las cosas. Un abrazo.