3 escenas

Primera; son las cuatro de la mañana del domingo, tengo los pies metidos en el agua. Hace frío, o debería hacerlo, no lo siento porque estoy hipnotizado por el color azul que casi siempre hay en todas las piscinas… Uno de mis colores favoritos es ese el” azul piscina”; mis pies a través del agua se ven extraños, en el fondo hay dos monedas que se me cayeron hace un rato del bolsillo y brillan escondidas en las profundidades. Ahora estoy metido en la piscina, sí hace frío, y ni el hipnotismo ni el alcohol en mi sangre me pueden engañar de lo que mi cuerpo siente, camino dentro del agua. Tiemblo de frío cuando camino hacia casa, sólo espero poder meterme a la cama y calentarla lo suficientemente rápido como para caer en sueños.



Segunda: No sé bien qué hora es, debe estar pasando el reloj más allá de las seis, he aprendido aquí que cuando comienza el verano el crepúsculo se materializa más tarde, aunque aún no sepa calcularlo bien. El sol entra por la ventana del Starbucks, los sillones están vacíos y dos chicos se han apoderado de uno de ellos, la chica va tumbada sobre el pecho del chico, van mirando juntos algo en el celular y la luz los alumbra. Hay tanto brillo aquí dentro que casi no puedo ver lo que hay fuera… es uno de esos momentos que se conectan con tantas otras cosas, y entonces recuerdo que la extraño.



Tercera: Voy en auto, otro atardecer, pero esta vez se ve a través de mis gafas oscuras y el mundo parece distinto, todo parece distinto. Por alguna razón me da miedo tomar su mano, sé que no soy la persona más segura del mundo, pero hasta ahora no me había sentido así cada vez que se me pasa por la cabeza hacer algo como esto. Quiero que todo esté bien, todo lo está, pero quiero más y no sé si voy bien. Han pasado vario semáforos, otra vez contando semáforos, otra vez diciéndome que en el próximo me animo, estoy empezando a odiarlos especialmente cuando el rojo cambia demasiado rápido y no me da el suficiente tiempo.

2 comentarios:

elena clásica dijo...

Hipnotismo en las sensaciones y en el recuerdo. Lo que el cuerpo siente es una realidad aunque no se corresponda con la posibilidad física, más allá de la realización existe otro mundo interior igual, tal real como el de los sentidos.
Es tan real el mundo de las sensaciones, que en él también habitan los personajes que cambiaron nuestra vida, aunque nuestros caminos hayan discurrido disparejos, todos estaremos siempre viviendo unidos y compartiendo una misteriosa esencia, indefinible pero tan real como el azul piscina, porque parece que en el mundo de las sensaciones no habitan las coordenadas consabidas del espacio y del tiempo, o sí... pero son diferentes y excluyen evaporar lo que ha sido y lo que sigue creando el mundo y a nosotros mismos.

Unas escenas de una magia misteriosa y profunda que me han conmovido y me han llevado al cielo y a un extraño pensamiento sobre cuál es el mundo real, cuál es más real: el que vivimos o el que sentimos nuestro...
Una belleza profunda, que roza la excelencia.

Un abrazo, desde el mundo de las sensaciones, querido amigo Sebastián.

Fernando A. Espinoza dijo...

Toma su mano y obtendrás algo mas que una respuesta... permite que tus dedos se empapen un poco de ella. Tú que puedes porque al menos caminas a su lado. Te lo dice alguien que camina de lado de la nada, quien ni acompaña ni habla.