...

Y esas ganas de decirle hola a la respuesta del silencio.
¡No!, aún no es el momento de escucharla reír
Me dicen las voces de la que era mi razón.
Al menos dejen que saboree del susurro de su aliento
Que me atavié la conciencia de sus despertares aunque sea solo un segundo
O malditas voces que dejaron de ser razón
Devolverme los pasos, sus pasos, la suavidad de sus manos
El sudor de su cuerpo y sus gemidos
¡No! No debería estar pensando en ello
¡Maldito ser lascivo apágate y entrégame a Morfeo!
Llévame al rincón de su lecho a pernoctar y desaparecer en los albores
La amo me grita el órgano que funge de corazón
Que sea así hasta que se apague mi alma.

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