Mitad inventado.

Dicen que los sueños son aquello que nuestro cerebro no puede decirnos concientemente,
son por así decirlo, la manifestación de algo más profundo que nuestra propia conciencia.

Dicen que todos soñamos todos los días, pero que de todos esos sueños, son pocos los que podemos recordar. Y los pocos que recordamos terminan siendo olvidados en el transcurso del día. Así, podemos ir invocando pensamientos que no queremos tener concientemente, podemos lavar nuestra alma, ir descargando nuestro subconciente.

En general no recuerdo mis sueños.

Pero tengo recuerdos, que se evocan de manera súbita en cualquier momento del día, de preferencia en ambientes de soledad o nocturnos.

Recuerdo todo el tiempo. La recuerdo a ella.

Como no tengo capacidad de soñar, entonces recuerdo. Cada vez más distantes, borrosos, incomprensibles los momentos, inseguros de su existencia. Mientras más recuerdo más olvido, y la lejanía, la falta de frescura, los hacen casi subreales. Metafóricos.

Llega el tiempo en que los recuerdos se mezclan tanto con la fantasía, porque mi memoria fallida tiende a dejar espacios en blanco, que supongo, son llenados por inventos propios.

Mi realidad, o lo que fue real, deja de serlo. Para convertirse en un recuerdo mitad inventado.

1 comentario:

elena clásica dijo...

La realidad entonces, sin duda, es también lea vida imaginada o la soñada.

Esos personajes, mitad inventados, a veces toman vida propia y siguen su propio devenir.

La creatividad tiene un rasgo gemelo: la imaginación, y es un auto puede difícil de conducir.

Besazos, querido Sebastián.