Vengo de ese pedazo tan mío
y que roza mis manos.
Vengo del frío de sus risas
de mi piel caliente
del aire dulce.
Vengo de un ritmo
alfombra y metales
ojos
mucho brillo.
Vengo de un rincón
secreto
siempre adentro
tan real
tan carmín.
Y es difícil volver a tu son, a tu estática cambiante. Luchar contra el sueño, no porque es de noche y pesan las horas, sino por las ganas de soñar por el sueño mismo, sabiendo que sería mágico, porque llevo el bolso lleno de corcheas y staccatos.
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